El título del primer trabajo aparecido en esta columna el 25‑09‑96 fue "El Mana y el Mene". . Para refrescar memorias, recordarnos que, según la tradición bíblica, Dios hizo caer del cielo ese manjar, el maná, para salvar al pueblo de Israel de la muerte por hambre mientras cruzaban el desierto. El mene, en cambio, se extrae del subsuelo. En ocasiones su abundancia, su extracción en mayores volúmenes, el alza de su precio o una combinación de estos elementos, puede proporcionar recursos financieros que, para mentes materializadas y poco reverentes, se asocia a aquella bendición celestial.
Al acercarse el fin del presente año, es pertinente revisar la situación del "mene" en Venezuela excluyendo los condensados. En 1989. Venezuela produjo 1.747 mil b/d Entre 1990‑1996, la producción comenzó a registrar importantes incrementos, pasando de 2.097 en 1990 a 2.338 ¡ni¡ b/d en 1991. Como se recordará, durante el último trimestre de 1990 la invasión de Kuwait por Irak y "Tormenta del Desierto" en el primer trimestre de 1991 podrían explicar anomalías en el suministro desde el Medio Oriente que motivaron incrementos temporales o coyunturales del comportamiento del surninistro de Venezuela. Efectivamente, en 1992, la producción se mantuvo en 2.334 mil b/d lo cual permitía sostener la explicación anteriormente señalada. Tampoco la producción en 1993 que se mantuvo en 2.4 10 mil b/d evidenciaba un gran cambio. Este comienza a constatarse desde 1994, cuando la cifra ale~ 2.542 mil b/d Fue el primer año del segundo man del presidente Caldera. En su primer mandato, la producción alcanzó en 1970 su máximo histórico: 3.708 mil b/d Es decir, entre aquel récord y la producción en 1994 había una diferencia de 1,2 millones b/d ¿Será posible romper el propio récord aunque la edad haya avanzado? Esa era una especie de broma que el tiempo demostró que más bien había que tomar las cosas en serio.
De hecho en 1995, la producción saltó a 2 millones 7 10 mil b/d y el 1996 rompió el techo físico, psicológico (y desde luego la cuota de 2 millones 359 mil b/d de la Opep) de los tres millones b/d al situarse en 3 millones 13 mil b/d es, como dicho al comienzo, excluye condensados y GNL; sumando todo, el total actual está por los 3,4 millones b/d
Los datos primarios de la Ley del Presupuesto para el 98 son que la producción será de 3 millones 872 mil b/d la exportación de 3 millones 455 mil b/d a un precio estimado de dólares 15,50 por barril
El comunicado oficial de la Opep desde Jakarta‑Indonesia, del 29 de noviembre dice que la Conferencia de Ministros fijó un nuevo techo de producción de 27,5 millones b/d La cuota correspondiente a Venezuela es: 2 millones 583 mil 260 b/d "Todos los Países Miembros expresaron su compromiso al techo y a las cuotas individuales".
"Strictu sensu", esto significa que el titular del MEM adquirió un compromiso internacional para producir 1 millón 289 mil b/d menos que el previsto para el Presupuesto del 98. Esta disminución "teórica" en barriles de "mene" no ocurrirá debido a: 1) la economía venezolana colapsaría con tan sustancial baja de la producción y de los ingresos; 2) el titular del MEM (El Nacional, domingo 13 de julio, 1997) se autodesignó corno Pinocho. De modo que esta diferencia entre "lo dicho y lo hecho" produce una especie de "maná" El reto de romper en 1998 el récord establecido en 1970 también se verifica como ciertamente alcanzable. No menos cieno es que se verifica también que el "Plan de Negocios" de Pdvsa sí marcha según su cronograma, y sus ejecutores merecen reconocimiento público por vencer tan serios obstáculos de la naturaleza además de los retos tecnológicos y financieros.
Lo que sí llama la atención es que esos resultados y proezas se efectúan en ausencia de un "Proyecto nacional". Pero a la vez se nos dijo que había que repudiar al modelo rentista. En ausencia de un "Proyecto nacional" ¿quién adquiere el nuevo modelo "productivo"?
Indudablemente, la mayor apertura petrolera que conoció el país fue con Juan Vicente Gómez El hombre tuvo sus errores, pero los historiadores le asignan méritos y no niegan que el país adquirió ciertas características durante su largo gobierno. Los alarmantes indicadores, socioeconómicos que avanzan paralelamente a la actual apertura petrolera ¿serán registrados en los textos de la historia como característicos del Plan de Negocios o del segundo mandato del presidente Caldera?
Quizás para ese entonces y gracias a la globalización las naciones habrían perdido vigencia y no importarían las condiciones de los pueblos: sólo se mediría el éxito de las corporaciones. ¡Luminoso horizonte para el Tercer Milenio!