Prof. MAZHAR AL-SHEREIDAH
19.09.93
Reina una atmósfera de tanto optimismo que sugiere la existencia de una especie de “terrorismo pacifista” : en un mundo plagado de catástrofes, guerras y crisis, en el que por fin dos acérrimos enemigos hayan acordado iniciar el camino de la paz, es de por sí positivo, así que a nadie se le ocurra ser aguafiestas y señalar dudas: ¡a cantar y danzar se ha dicho!
El 12 de septiembre de 1993, en una Sinagoga en Queens, New York, un caballero le pregunto a Itmar Rabinovich, Embajador israelí en Estados Unidos: “¿Por qué debería el Estado de Israel reconocer a la OLP y darle concesiones?”. Observando el incidente en la pantalla de la TV, recordé un chiste de 1982. Dicen que entonces, cuando mediadores lograron un acuerdo para sacar vivo a Arafat de Beirut ocupada por Israel, éste envió sus “condiciones” al Premier Israelí. Menahem Begin leyó atentamente y exclamó: “No sabía que Israel estuviera tan acorralada como para ceder y aceptar condiciones”.
Efectivamente, es legítima la pregunta que se formulan judíos, israelíes o no, acerca de por qué entenderse con el enemigo. ¿Por que no seguir la ocupación, la construcción de asentamientos, manteniendo a la población palestina en estado de sitio, utilizando la barata mano de obra palestina allí donde sea conveniente, disparando contra los palestinos rebeldes, encarcelarlos o simplemente expulsarlos?.
El ejemplo de Kuwait. ¿Quién puede hacer qué en contra de la omnipotencia israelí? ¿Quién, a nivel árabe, tiene autoridad moral, como para reclamarles un trato mejor? ¿Quién a nivel árabe osa negar que el árabe e islámico Kuwait castigó a más de 300 mil palestinos, que habían vivido en el Emirato desde 1948, por haber colaborado con el Irak invasor? ¿No fueron expulsados, encarcelados, torturados y asesinados? ¿Por qué Israel no puede aplicar el “Transfer”: expulsar a los palestinos de la Margen Occidental y Gaza a Jordania? ¿Habría autoridad regional o mundial alguna que pudiera condenar a Israel?. Y pronunciada la eventual condena, ¿habría poder terrenal o celestial que pudiera ejecutar la sentencia?.
Por el otro lado árabe, palestinos no, también hay contrarios al Acuerdo. Desde luego que también los hay jubilosos, pero es preferible no perturbar el estado de ánimo de este segmento. La jaqueca, característica después del “ratón” sería suficientemente desagradable como para agregarle un sermón.
El resignado se ubica en el contexto práctico. Acepta el peso del factor económico con tal ponderación que empalidece valores como soberanía, justicia, honor y dignidad. Su autoestima esta en el mínimo nivel. ¿Con qué cuenta ahora? Con un conjunto de mitos caídos.
Todavía en 1988, todos los países árabes tenían la Cuestión Palestina como el centro de su “estrategia” y el pivote de la Defensa y Seguridad Arabe Común. A nivel internacional, el bloque Soviético y la mayoría del Tercer Mundo apoyaban fervientemente los “Legítimos Derechos Nacionales Palestinos”. En la ONU, China, la URSS y Francia, expresaban diferentes grados de apoyo y/o comprensión hacia los asuntos palestinos en el Consejo de Seguridad.
El 13 de septiembre de 1993, el Canciller Ruso tuvo que dar su bendición de Acuerdo, pero perplejo observaba el poder de sus excompatriotas, hoy israelíes, que obligaron a la URSS a doblegarse ante los reclamos de “Derechos Humanos”. Tuvo que ceder y permitirles sólo a los judíos el derecho a emigrar a Israel. Y ¿los demás ciudadanos, demás religiosos y nacionalidades? Al diablo con ellos porque sus derechos humanos no producen divisas: ¿Hay quien se atreva a poner en duda de que Dios sí sabe elegir pueblos?.
Apoyo Económico: Hasta el 7 de junio de 1990 habían recibido visas hacia Israel 1.163.350 judíos soviéticos. Sheila Zucker, de CNN, informaba el 12 de septiembre pasado desde el Desierto de Negev sobre los miles de judíos ex soviéticos que hoy son soldados israelíes. ¿Tendrían los palestinos de la Diáspora el derecho de regresar a su patria y entrenarse como soldados?.
Se preguntaría el ruso ¿”Qué tiene Israel y Rabín que no tenga Rusia y Yeltsin? ¿Por qué los primeros obtuvieron de Estados Unidos entre 1978/1990 40 mil millones de dólares en diferentes formas de ayuda, lo que da un promedio de 10 mil dólares por cada israelí? Para abril de 1993. Yeltsin apenas obtuvo la promesa de 1.6 mil millones de dólares en ayuda. Israel, en cambio , recibió garantías de préstamos por 10 mil millones de dólares aparte de la ayuda anual de 4 mil millones de dólares, equivalente a mil dólares para cada israelí.
Ni el propio Presidente Bush pudo con ese poder. El escrito israelí A.B. Yehoshua decía en abril de 1990: “En Washington se encuentra un poderoso lobby judío, capaz de conseguir una carta de 80 Senadores amonestando al Gobierno por la más leve insinuación crítica al comportamiento de Israel”. Efectivamente, ese Lobby consiguió el 22 de marzo de 1990 que el Senado aprobara una moción para que Jerusalén unificada quede bajo la soberanía israelí. ¿De qué vale la votación estadounidense en la ONU al considerar en 1967 a Jerusalén Oriental como Territorio Ocupado?.
Pero si en 1990 Bush tuvo eventualmente que lidiar con un Congreso tan pro israelí, ahora el ambiente se homogeiniza: Presidente y Congreso son pro-israelíes. Efectivamente, con Bill Clinton el asunto es mas que cuestión de honor tal como fue el asunto de los Gays en el Ejército. Es cuestión de fe: “If I ever let Israel down, God would never forgive me” . (Si alguna vez dejara de apoyar a Israel, Dios nunca me lo perdonaría). El periodista Donald Neff considera a Clinton y Al Gore como sionistas convencidos, rodeados por gente que apoya a Israel. Su plataforma oficial en julio de 1992, declaraba claramente que “Jerusalén es la capital de Israel”.
El lobby de Clinton. Paralelamente, de un total de 435 congresistas, 193 ya habían firmado una carta a Bush urgiéndole “tomar acciones inmediatas” para darle a Israel el préstamo de 10 mil millones de dólares. Bill Clinton obtuvo el 86 por ciento de los votos judíos (Bush el 29 por ciento en 1988). El Presidente cree profundamente que los agresores son los palestinos y no los israelíes. Considera que el boicot árabe contra empresas que hacen negocios con Israel es ilegal, prometió eliminarlo, y mudar la embajada estadounidense a Jerusalén.
Clinton se ha rodeado de un equipo pro-israelí, al que humanamente le resulta imposible ser equitativo en el conflicto Palestino-Israelí. Samuel Lewis (Director de Planificación de Política del Departamento de Estado. Dennis Roos (Coordinador especial para las conversaciones de paz). Mark Indyk (Asistente especial para el Presidente sobre Medio Oriente-National Security Council). Richard Schifter (Jefe de la Delegación de Estados Unidos ante la Comisión de la ONU sobre Derechos Humanos). Y Stuart Eizenstaf (Embajador de EE.UU. ante la Comunidad Europea).
Samuel Lewis, a la sasón Embajador de Estados Unidos en Israel, envalentonó a Begin, después de 1977, a seguir con los asentamientos, según Yehoshaft Harkabi, exdirector de Inteligencia Militar. Ahora que Lewis es Director de Planificación de Política en el Departamento de Estado, ¿qué consejos dará?.
Estados Unidos que si Rabin acepta firmar, entonces los palestinos también deberían aceptar. Al respecto aseguraba un observador, “Ello equivaldría para los árabes como decirle a un ladrón que si no vuelve a robar, puede quedarse con lo robado”.