DIARIO EL MUNDO, JUEVES 10 de Febrero
del 2011
Esta tesis, manejada por el profesor y analista petrolero Mazhar Al−Shereidah, se fundamenta en el hecho de que el conflicto que transita Egipto es local, por lo que extenderlo a dimensiones continentales y elaborar escenarios de caos luce como una vía artificial para presionar los precios del crudo al alza.
"El descontento de los egipcios no está centrado en querellas con sus vecinos. No es un tema dirigido a ningún factor ni actor extranjero, no hay lemas antiimperialistas, anti Unión Europea, anti Rusia, o anti cualquier cosa externa. Simplemente quieren que el actual presidente, Hosni Mubarak, se vaya ya. Y el escenario es El Cairo", señaló el experto.
Para Al−Shereidah, muchos analistas internacionales sobre el tema petrolero han manejado el conflicto interno de Egipto de manera extremadamente especulativa.
"Me pregunto yo, qué tiene que ver la necesidad de democracia de un país, y de reivindicaciones salariales con el transporte marítimo", comenta el profesor universitario, sobre las especulaciones en torno al Canal de Suez.
De acuerdo con las informaciones manejadas por el académico, los estadounidenses aseguran que el tráfico por el Canal de Suez sigue siendo fluido. Destaca, además, que una estudiosa británica sostiene que "lo que ocurre en El Cairo no tiene nada que ver con el estrecho de Suez". Mientras que el tercer testimonio, de un director del canal, informa que las operaciones no se relacionan con la huelga de los obreros que piden aumento; son temas independientes, insistió.
Influencia real de Egipto
Pese a que los hidrocarburos juegan un papel importante en la economía de Egipto, en términos de producción y de los ingresos procedentes del Canal de Suez, por el paso de crudo, esta nación no es un país influyente en el escenario petrolero mundial.
Egipto no está ni dentro de los mayores países productores, ni dentro de los que ostentan reservas importantes.
Según estadísticas del Departamento de Energía de los Estados Unidos, la producción total de petróleo de ese país ha disminuido desde 1996, cuando bombeaba cerca de 935.000 barriles por día (bpd) a los niveles actuales de alrededor de 660.000 bpd.
El consumo en Egipto es ligeramente superior a la producción y el país ha empezado a apoyarse en un pequeño volumen de importaciones para satisfacer la demanda interna.
Egipto también tiene el sector de refinación de petróleo más grande en África. La capacidad de refinación ahora excede la demanda interna, y algunos crudos no−egipcios actualmente se importan para su procesamiento y reexportación.
Cuestión de olvido
El Profesor Al−Shereidah sostiene que especular con el cierre del Canal de Suez y su influencia sobre el mercado petrolero es muestra de que muchos analistas del entorno desconocen la historia.
Suponer que el mercado reaccionará de la misma forma en que lo hizo en 1956 durante la guerra entre Egipto e Israel, aliado con Gran Bretaña, es absurdo, toda vez que, para el analista, las características del mercado son hoy completamente distintas.
Este primer conflicto, no así los posteriores que también ocasionaron el cierre del estrecho de Suez, generó un precedente impactante, al producir un desajuste en el mercado petrolero.
"Comenzaba el invierno en Europa, y la decisión de cerrar el canal causó una crisis de suministro y un incremento en los precios", comentó el analista.
Comienza entonces la era de los súper tanqueros. La situación obligó a producir barcos de gran capacidad, para darle la vuelta a África por el Cabo de la Buena Esperanza y poder entrar a Europa.
Los fletes se compensaban con la economía de escala que implica el transporte de mayores cantidades.
También se incorpora la producción de los países africanos que abastecen a Europa con crudos livianos y dulces.
El cuadro cambia dramáticamente, al punto que Europa, emplea solo 20% de los dos millones de barriles que pasan a diario por el Canal de Suez, y comienza, además, a recibir petróleo africano, desde Argelia, Libia, Nigeria, Gabón, Angola, Guinea Ecuatorial, y Camerún, entre otros. Estas naciones llegan a cubrir 75% de las necesidades del viejo continente.
Qué pasa hoy
“No está cerrado el canal, ni se va a cerrar el oleoducto tampoco. La solución que se avizora no da luces de conflictos en el plano internacional, pues no parece probable que un grupo islámico de tendencia radical tome el poder tras la salida de Mubarak," sentencia el analista.
Además de que están los países productores africanos y Rusia, el académico dice que también hay enormes inventarios de crudo en el mundo; inclusive Arabia Saudita ha señalado la posibilidad de aumentar la producción.
No deja de lado la existencia de una "enorme" flota de súper tanqueros que salen de los puertos de los países exportadores del Medio Oriente para enfrentar cualquier eventualidad. Al mismo tiempo, recuerda que las naciones de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (Opep) mantienen una capacidad cerrada de petróleo de seis millones de barriles por día.
Por su parte, el ministro saudita dice que no hay ningún problema en el mercado petrolero.
El único temor es a los especuladores y a aquellos que no saben de lo que hablan, dice el analista.
Para Al−Shereidah el peor de los escenarios es la mala intención y los deseos insanos de aquellos que insisten en presionar un ambiente que favorecería la especulación en el mercado para obtener durante unos días o unas semanas unos precios inflados que al fin poco ayudarán a enderezar sus economías.
El tema petróleo pica y se extiende. Las visiones de cada actor se muestran la mayoría de las veces irreconciliables. Los países productores y los proyectos pujan por precios altos. Mientras tanto las economías esperan cotizaciones amigables que no den al traste con la reactivación global.