El Pavo de Clinton

MAZHAR AL-SHREIDAH

Es tradicional que el ocupante del turno de la Casa Blanca reciba de regalo un pavo gordo con motivo de “Día de Gracia”. No se sabe si fue el suculento sabor de esa ave convertido en centro de mesa lo que llevó al presidente Clinton a manifestar el primero de diciembre su aprobación de que Irak pueda vender más petróleo para así aumentar las respectivas raciones de harina, arroz, azúcar y sal para su moribunda población. Hay quienes no relacionan el paladar del presidente con el respectivo despertar de sus sentimientos humanitarios y atribuyen el gesto a una toma de conciencia de que seguir los caminos señalados por Jorge Mas Canoso en el Caribe y de Natanyahu en el Medio Oriente, no necesariamente conduce hacia el logro de los mejores intereses estadounidenses a largo plazo.

El jueves 27 de noviembre fue el “Thanksgiving Day” y en EE.UU. se consumieron más de 250 millones de kilos de carne de pavo. Ojalá que no hayan contribuido a incrementar sus niveles de colesterol y trigliceridos. En Bagdad, marchas fúnebres acompañaban los féretros de unos cien niños fallecidos por hambre y falta de medicamentos: el embargo.

Un vistazo a los editoriales de los principales periódicos árabes tenía un denominador común: pedirle a la ONU el levantamiento de las sanciones contra Irak. El Rey Hussein de Jordania, al inaugurar las sesiones del nuevo Parlamento exige ponerle fin “al sufrimiento por el embargo al pueblo iraquí”. En la India, musulmanes manifiestan a favor de Bagdad, queman la bandera estadounidense y vitorean a Irak. ¡Bondades de la TV por satélite!

Automáticamente, desde Nueva York, la ONU dejó filtrar la noticia de que el Consejo de Seguridad estudiará la posibilidad de aumentar el monto de ventas petroleras iraquíes de 2 en la actualidad a 3 mil millones de dólares cada seis meses. Bill Richardson, el embajador de EE.UU. ante la ONU afirmó que estudiarán el asunto seriamente y aseguró que su país “no tiene ninguna alaraca con el pueblo iraquí”. En Bagdad, las autoridades iraquíes le hicieron saber al jefe del Partido Comunista ruso, Guennady

Zyuganov, que el mundo necesita una Rusia más fuerte y más activa para lograr el equilibrio internacional.

Ya para ese entonces, el ministro francés de Relaciones Exteriores había dicho en El Cairo que su país quería ver el fin del sufrimiento del pueblo iraquí a causa de las sanciones. Eso fue luego de que el canciller ruso Eugueny Primakov se comprometiera a “favorecer una rápida abolición de las sanciones”.

Mucho antes, el embajador ruso ante la ONU, Sergi Lavarov, se hacía eco de los daños irreparables causados entre la población iraquí por el incumplimiento de la ONU de sus compromisos debido al retraso por parte de EE.UU. Efectivamente, en septiembre Lavarov advirtió que a cambio del petróleo que Irak sí entregó, “apenas el 9,5% de las medicinas han sido recibidas por Irak, mientras en el área de agricultura, purificación de agua, energía eléctrica y educación... nada en absoluto ha sido entregado”.

Fue cuando en Yakarta el 30 de noviembre la OPEP “formalizó” lo que desde hace años era “vox populi”. la sobreoferta. Con el nuevo techo de 27,5 millones b/d, los países miembros deberían bajar su producción en unos 400 mil b/d porque de facto la producción está en casi 28 millones b/d. Esto no va a suceder. Al menos sabemos que en Venezuela y parafraseando una telenovela recientemente concluida, aquí la sobreproducción se mantendrá “pase lo que pase”, es decir, “contra viento y marea”. Tampoco hay señales de que otros violadores de sus respectivas cuotas vayan a disminuir su producción. Todo lo contrario: el escenario más probable es que la sobreoferta continuará, porque, por los momentos, nadie dentro o fuera de la OPEP bajará su producción para darle cabida a lo poco o mucho que Irak podría ofrecer en crudo hasta junio del 98 cuando la OPEP vuelva a conferenciar.

Así que el precio tendería hacia la baja siempre y cuando no intervengan los factores políticos. La condición anterior solía referirse a conflictos en el Medio Oriente. Pero en realidad, la última intervención que ocasionó un incremento de los precios desde mayo del 96 también fue política aunque tomada en las esferas financiero-especulativas del mundo altamente desarrollado.

Con el reciente colapso de la bolsa de valores de Hong Kong, sus ondas expansivas aún presentes en América Latina y el serio desequilibrio financiero y monetario que se cierne sobre el sureste asiático, de poco sirven los textos clásicos de la economía como ciencia. Bajo el amparo de la globalización, la especulación adquiere un rango prominente.

Visto así, en ausencia de la especulación como factor que incide seriamente sobre los precios, éstos podrían deteriorarse sensiblemente. James Baker, ex-secretario de Estado del Presidente Bush reconoció en el CIED-PDVSA que actualmente los precios de la gasolina en EE.UU. son, en términos reales, “extremadamente bajos”. Esto no parece preocuparle a nadie en Venezuela.

El deterioro de los términos de intercambio sólo existe en las mentes de los dinosaurios y en cuanto a los responsables por el recalentamiento global, lo más probable es que son los esquimales, los beduinos, los indios de Amazonas y los aborígenes de Burundi!!.

This entry was posted on 15 de enero de 2010. You can follow any responses to this entry through the RSS 2.0. You can leave a response.

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