GANARON LOS “YANKEES”

30-10-96

Mazhar Al-Shereidah

En el propio Yankee Stadium registraron su triunfo en la Serie Mundial por primera vez en 18 años los Yankees de New York. El Bronx está de fiesta.

Entre perros y gatos, aunque desconozco la edad del actual gato presidencial, parece que el mismo ganará el privilegio de seguir disfrutando del confort de la Casa Blanca por otros 4 años, siempre y cuando su edad se lo permita, así como una favorable constelacón de los astros hasta el años 2.000.

En general, es de esperar que las 123 millones de mascotas estadounidenses, perros y gatos sumados, continuarán recibiendo el cariño y la atención de sus dueños, quienes en la actualidad desembolsan anualmente 20 mil millones de dólares para su alimentación, salud y regalos.

Sería catastrófico para la paz social de muchos países exportadores de petróleo aspirar a semejante ingreso anual per cápita, solamente por concepto de los tres rubros señalados. Pero así están las cosas en un país que ha sabido y podido convertir la debilidad en fortaleza. De hecho, EE.UU. en materia petrolera es, como veremos, un país con signos de debilidad congénita.

Los años de gloria de Texas y Oklahoma, de cuyas entrañas salió tanto petróleo para el bienestar de la Unión, se desvanecieron a finales de los años cuarenta luego de casi un siglo de explotación despiadada. La “cultura del automóvil” como símbolo del individualismo, agotó la antaña prolífera productividad del subsuelo precisamente cuando el Secretario de Estado, Marshall, se proponía a reconstruir Europa con capital y tecnología estadounidense. El “modelo americano” se repetiría en Europa a fuerza de petróleo importado.

Pero Europa no importó tanto petróleo estadounidense, porque ese país ya en 1948 pasó a ser importador neto de petróleo. La U.R.S.S. en cambio, era autosuficiente en petróleo y abasteció además la totalidad de los requerimientos petroleros de sus aliados europeos del Pacto de Varsovia.

Por razones geoestratégicas las refinerías estadounidenses, siempre comerciales, importaban cada vez más crudos venezolanos, mientras las refinerías de las mismas compañías en Europa importaban menos de Venezuela y más del Medio Oriente.

A lo largo de casi medio siglo de Guerra Fría, EE.UU. pudo superar su déficit petrolero y el de sus aliados en la OTAN con petróleo importado desde el Caribe y el Medio Oriente, sin tener que comprometerse en absoluto. Efectivamente, nunca cedió ante los reclamos venezolanos para obtener un “Trato Hemisférico”, mientras que los árabes jamás lograron disminuir la permanente y abierta simpatía oficial estadounidense hacia Israel.

Cuando Venezuela solicitaba que le compraran más petróleo, obtenía como respuesta oficial que las compañías privadas eran quienes efectuaban las importaciones y que el Gobierno Federal no podía inmiscuirse en ello. Cuando los árabes aducían que eran consecuentes amigos suministrando petróleo, se les dijo que EE.UU. pagaba en dólares por ese petróleo y que la amistad no concedía pretensión alguna para ser cobrada en el terreno de la política exterior.

Esa capacidad y habilidad adquiere mayor significacíón en ausencia de la Guerra Fría, por una parte, y en presencia de una grave crisis económica que afecta a muchos países exportadores de petróleo, por otra. La urgencia de este último grupo de países de obtener divisas disminuye su capacidad de maximizar sus beneficios o siquiera defender exitosamente sus derechos.

El control físico-militar que ejerce EE.UU. sobre la región del Golfo, desde 1991, ilustra todavía más la victoria estadounidense en materia petrolera y el casi inexistente margen de maniobra de los exportadores de petróleo que necesitan vitalmente el mercado estadounidense. Estos últimos prácticamente tienen que competir por una tajada mayor en el mismo a fuerza de descuentos y concesiones.

Actualmente, sólo el 2,9 por ciento de las reservas petroleras probadas mundiales están en territorio estadounidense, mientrasa que su consumo asciende al 25 por ciento y su producción al 11,8 por ciento del total mundial. Estas son cifras alarmantes, pero no para EE.UU., porque aunque teóricamente sus reservas sólo alcanzarían para 9,7 años al ritmo de producción de 1995, mientras el promedio mundial es de 42,8 años, Washington puede estar tranquila ya que la vida de las reservas del Medio Oriente es de 92,3 años.

Verdaderamente preocupante fue la situación en los setenta y los ochenta, cuando el mundo consumía más de lo que se descubría en nuevas reservas.

Las reservas mundiales variaron poco entre 1975 y 1985, cuando apenas se movieron de 666 a 709 mil millones de barriles, con aquellas del Medio Oriente ubicándose en 368 y 398, respectivamente.

Desde 1989 no sólo el peligro soviético-comunista desapareció, sino que la naturaleza reveló más secretos: las reservas del Medio Oriente pasaron en 1994 a 660 y las mundiales a 1.009 mil millones de barriles.

1995 le trajo a EE.UU. todavía mejores noticias. Por primera vez en ocho años los nuevos descubrimientos reemplazaron el 95 por ciento del petróleo consumido. Esas nuevas reservas fueron las mayores encontradas en una década.

No sólo en Alaska y el Golfo de México continúa la exploración, sino también en México y Venezuela. El futuro es promisor. EE.UU. puede seguir confiado...

This entry was posted on 31 de enero de 2010. You can follow any responses to this entry through the RSS 2.0. You can leave a response.

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