Horóscopo

15-01-97

Mazhar Al-Shereidah

Anteriormente a la aparición de las religiones, ya los hombres tuvieron necesidad de fijar sus respectivos calendarios, estableciendo fechas festivas y sus rituales correspondientes. Fenómenos naturales como la llegada de la primavera o la crecida cíclica de un río señalaban para esos pueblos el comienzo de un nuevo año.

Esta observación de la naturaleza con sus bondades de calor solar, de riego fertilizante, pero también de su poderosa ira cruel y destructiva en los volcanes, terremotos, inundaciones... dirigió la atención del hombre hacia el cielo, el sol, la luna, sus respectivos sistemas y su relación con el viento, la marea y de allí como guía tanto en la tierra como en el mar.

La curiosidad y fascinación humana por ese permanente desplazamiento periódico de los astros en la inmensidad de su escenario, llámese cielo o espacio, hizo surgir una de las más antiguas ciencias como lo es la astronomía.

Sin embargo, el hombre, pese a su aparente religiosidad y sumisión, quería compartir con los Dioses los secretos de la vida, del futuro, del destino: muerte, poder, amor, felicidad, riqueza material... La astrología adquiere así una singular categoría que oscila entre auxiliar y competidora para el oficio primitivo del sacerdocio. Reyes, nobleza y aristocracia requerirían del oficio del astrólogo. Sus visiones o predicciones no pocas veces les han costado la vida o, con el máximo ejercicio del perdón por parte del soberano, el destierro.

Todo lo dicho pertenece a un pasado tan lejano que nada tiene que ver con el desarrollo que ha alcanzado la ciencia moderna.

La cibernética y la modelística , entre otros, han desplazado a tan arcaico método de consultar los astros. Ahora se hacen estimaciones, predicciones científicas y a lo sumo, cuando no se quiere ser tan obviamente pretencioso, un par de escenarios.

Gracias a la exactitud de esos pronósticos siempre estamos listos para prevenir un desastre natural, una avalancha, la erupción de un volcán, un terremoto, el desbordamiento de un río, el brote de una epidemia, el estallido de un conflicto, el movimiento de los precios de nuestros productos, el monto de la inflación, devaluación, crecimiento...¡

Este “dominio del futuro mediante el método científico” nos evitó sorpresas y nos permitió planificar a tiempo el alza de los precios petroleros a partir de 1970, las devaluaciones del dólar en 1971, la lluvia de “petrodólares” en 1973-74, la nacionalización de 1975, el segundo shock petrolero de 1979, la sustancial baja de los precios en 1982 y el colapso de los mismos en 1986.

Teníamos todo “fríamente calculado”, sabiendo que la Perestroika llevaría al cese de la presencia militar soviética en Afganistán, el fin de la guerra Irán-Irak y la “normalización” de los suministros petroleros de ambos países. Todo estaba previsto para recibir el impacto de la caída del Muro de Berlín, el fin de la URSS y el efecto de esos hechos sobre la política y economía mundial y, por ende, sobre la situación petrolera internacional.

Suponemos que para 1997 existen, además de la predicción de un venerable “babalawo” que, evocando a “Changó” anuncia precios altos para nuestro petróleo ante el frío norteño, existen estudios y predicciones cuantificables demostrando que el 96 fue un fenómeno aislado que no se repetirá según aquel patrón de “las siete plagas de Egipto”; por lo que se puede confiar en que el presente año será para nosotros mejor que el anterior.

De todos modos y como quiera que en el horóscopo se estudian las acciones e influencias de los astros sobre el hombre, de las ciencias modernas y exactas no puede conformarse con menos. Así, necesitamos saber cómo nos influirán, entre otros: el segundo mandato del presidente Clinton; las leyes Helms-Burton-D’Amato; la estabilidad en Colombia; el desarrollo económico de Brasil; las legislaciones ambientalistas europeas y estadounidenses; la salud del presidente Yeltsin; el futuro de Rusia; sus relaciones con la Otan; la seguridad europea; el rechazo chino-francés a la hegemonía político-cultural estadounidense; la situación en el Cáucaso; el suministro petrolero desde Turquía tanto por el Mediterráneo como por Los Dardanelos; el desenlace de las relaciones de Turquía con Rusia, Grecia y Estados Unidos por la “Crisis de los Skud” en Chipre; la política de EE.UU frente a Irak, Irán y ahora Turquía; la continuación del favoritismo estadounidense hacia Israel; el futuro del radicalismo religioso-derechista en Israel evidenciado desde el magnicidio de Rabin; el fundamentalismo islámico en Asia y Africa; la paz en el Golfo; el conflicto Qatar- Bahrain; el litigio Irán- Emiratos Arabes Unidos; las relaciones India-Pakistán; China-Taiwán, las dos Coreas y EE.UU; y en referencia al más ardiente de los astros, mucho importan las acciones del país del “sol naciente”: Japón.

This entry was posted on 31 de enero de 2010. You can follow any responses to this entry through the RSS 2.0. You can leave a response.

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