“LOS DE ARRIBA Y LOS DE ABAJO”


MAZHAR AL-SHEREIDAH

12-03-97

Para estar a tono con los nuevos tiempos, algunos en Venezuela han descrito al sistema y la economía del país entre 1958 y 1988 como socialista, otros consideran que utilizar el término Tercer Mundo es como una aberración. Aquí no intentaremos convencer a los primeros del sacrilegio conceptual que manejan, ni pretendemos defender los argumentos que llevaron a Alfred Sauvy a utilizar la categoría. Simplemente esperamos que nadie se sienta ofendido si designamos al “ex Tercer Mundo como Sur.

Para lo que el petróleo sirve, según algunos en el Sur, es para dialogar y cooperar como reacción frente a una práctica fugaz que algunos exportadores petroleros sureños aplicaron en los años setenta. De hecho, los árabes declararon un embargo petrolero muy sonado contra tres países del Norte y que “duró” seis meses.

Lo que a continuación se expresa no pretende ser texto sagrado ni mucho menos, así que bienvenidas sean correcciones y observaciones.

Cuando en 1956, algunos países árabes intentaron usar su petróleo como arma de presión —cuando el Canal de Suez fue nacionalizado y luego bloqueado—,el Norte ya había aplicado, como mínimo, tres embargos petroleros:

1) contra el petróleo ruso, norteño e imperial, a causa de la revolución socialista, a comienzos de los años veinte;

2) contra el petróleo mexicano, por la nacionalización, a finales de los años treinta;

3) contra el petróleo iraní, también por nacionalización al inicio de los cincuenta.

Los iraníes sí continuaron produciendo, pero la armada británica bloqueó la entrada del Estrecho de Ormuz e impidió que refinadores independientes cargaran crudo iraní. Y esa actitud hostil no cesó hasta que cayera el Gobierno de Mossaddeq y se reinstalara el régimen amigo del Norte en Teherán.

Sin duda alguna, el libro del Príncipe y primo de Mossaddeq, Manucher Farmanfarmaian, “Petróleo y Sangre” muy próximo a publicarse en EE.UU., arrojará importantísimos detalles sobre el episodio, pese a que el autor del libro no compartió necesariamente las ideas de su primo.

En octubre de 1973, los árabes proclamaron el famoso boicot: Monarcas, Emires y Presidentes dijeron que privarían de su petróleo a los amigos de Israel y que, además, recortarían su producción mensualmente en un 5% hasta que Israel devolviera todos los territorios ocupados.

En abril de 1974, sin tener éxito en sus demandas, levantaron el embargo y volvieron a competir entre sí para producir cada vez más y para impedir futuras alzas en los precios.

Un año más tarde, persistía un espíritu de confrontación, retaliación, desconfianza. Ya había nacido la Agencia Internacional de Energía (AIE).

La OPEP, o sea, sus países miembros que no habían participado en el embargo árabe, estaban felices, se sentían poderosos al punto que en Venezuela se inventó el término de “poder” de la OPEP y no faltaron quienes así titularon sus obras. Gracias al Profesor Juan Carlos Rey, maestro de la teoría del poder, pude evitar que me contagiara.

En abril de 1975, Argelia convoca la primera y única Cumbre de Soberanos y Jefes de Estado de la OPEP. Francia, que no había entrado a la AIE porque era una iniciativa netamente estadounidense (Nixon -Kissinger) y porque París quería evitar verse arrastrada a una confrontación, invitó a un Diálogo Norte-Sur. Este fue el punto cero, el punto de partida para alcanzar un Nuevo Orden Económico Mundial.

Asombra ver que en Venezuela, país que ejerció la Vicepresidencia de ese Diálogo, en la persona de Manuel Pérez Guerrero, se quiera olvidar la propia historia, donde EE.UU. sí estuvo representada a un alto nivel.

Lo que vino después y a lo que desde 1989 insiste en llamársele el Diálogo Productores-Consumidores y hasta se denomina la Conferencia Internacional de Energía, se caracteriza por la explícita falta de interés por parte de Washington en participar. Envía en efecto algún funcionario, pero de rango demasiado bajo como para representar a la potencia líder del Norte en un tema tan estratégico, como lo es la energía.

Seamos sensatos: el petróleo, su precio y la seguridad de suministro era un tema permanente en las reuniones periódicas del G-7, en la Cumbre y también de la Comisión Trilateral, pero desapareció hace muchos años.

En su intervención en Goa, la India, Riluanu Lukman, Secretario General de la OPEP se quejaba a comienzos de diciembre de 1.996 del bajo nivel de representación del Norte en la V Conferencia Internacional de Energía. Más recientemente, desde Davos, Suiza, el mismo hombre testimonia el 4 de febrero de 1997 su frustración, porque a la cita de Goa acudieron catorce ministros de países exportadores: siete de la OPEP y siete no-OPEP, mientras que EE.UU., que tiene en sus manos las más importantes decisiones mundiales, prácticamente se ausentó; cada vez manda un funcionario de menor rango.

Los embargos contra Irán, Libia, Irak y la negación de otorgar certificados de “buena conducta” a Colombia o México, hacen recordar aquellos viejos tiempos cuando la Venezuela “socialista “ tenía un Canal 5 o una Televisora Nacional donde nos entretenía la serie teatral británica “Los de arriba y los de abajo”: los aristócratas y la servidumbre.

No cabe duda que ahora el Sur está bien abajo, y así no califica para pedir un diálogo y menos puede pensar en un paro o en una huelga.

This entry was posted on 15 de enero de 2010. You can follow any responses to this entry through the RSS 2.0. You can leave a response.

Leave a Reply

Con la tecnología de Blogger.