FACTORES QUE INFLUYEN EN LAS POLÍTICAS PETROLERAS DE LOS PAÍSES PRODUCTORES ÁRABES




FACTORES QUE INFLUYEN EN LAS POLÍTICAS PETROLERAS DE LOS PAÍSES PRODUCTORES ÁRABES

MAZHAR ALSHEREIDAH *

*: Economista de la Universidad de Viena (Austria). Profesor investigador de la Sección de Petróleo y Minas del Instituto de Investigaciones Económicas y Sociales, UCV.

CONFUSIÓN EN LA TERMINOLOGÍA "MEDIO ORIENTE"

El Medio Oriente incluye países no árabes, como Irán, Turquía e Israel; además, algunos países árabes se encuentran fuera del Medio Oriente, como los países del norte de África: Marruecos, Argelia, Túnez, Libia, RAU y el Sudán. Sin embargo, podemos observar ciertas tendencias en la política petro­lera que incluye a la vez a países del Medio Oriente y del norte de África. De estas tendencias, las más importantes son: a) Política petrolera de los países árabes conservadores; b) Llamamiento por el "petróleo árabe"; c) Co­operación iranio-israelí.

El hablar del Medio Oriente como un bloque es un error, porque está compuesto de un número de países con distintas estructuras económico-políticas y con varias tendencias ideológicas; por lo tanto, no pueden tener una política petrolera común.

Grande ha sido la preocupación de muchos en Venezuela por la com­petencia que hace el petróleo del Medio Oriente al petróleo venezolano en los mercados internacionales. Cualesquiera que sean las razones y las motivaciones de estos preocupados por el petróleo venezolano, parece de extra­ordinaria importancia hacer un análisis resumido de ciertas circunstancias y realidades, especialmente por el hecho de que el nuevo gobierno del país ha anunciado que reorganizará la política petrolera.

El fondo de estas críticas que se le hacen a Venezuela por su cooperación con el Medio Oriente dentro de la opep no lo encontraremos si nos limitamos a leer los títulos de los artículos respectivos; éste se evidencia en un ataque contra los países árabes debido al conflicto árabe-israelí. "¿Cuál es la razón verdadera de la creación de la Organización de Países Árabes Exportadores de Petróleo? ¿No es el deseo de apartar a los países que se niegan a secun­dar los objetivos políticos de los países árabes? ¿Qué hacen estos países árabes en la opep si tienen ahora su propia organización?".1

1: Silvio Guerón, "Venezuela y la opep", La Moneda, N9 37, dic. 1968, p. 8, Caracas.

Hay que señalar que los intereses de los países miembros de la opep son idénticos, debido a su dependencia del petróleo como fuente de ingreso, relación Estado-compañías, estructuras económicas atrasadas. Sin embargo, existen situaciones y problemas cuyas soluciones son, por lo menos aparen­temente, de tipo regional; así se explican los proyectos regionales, en parte ya existentes, como la arpel (Asistencia Recíproca Petrolera Estatal Latino­americana), la alalc y el Pacto Andino, por una parte, y de la Liga Árabe, los Congresos Árabes de Petróleo y el Mercado Común Árabe, por la otra.

Sin pretender incluir todos los factores y razones de esta realidad, trata­remos de buscar algunos motivos principales basándonos en la historia moder­na, los cambios políticos, los hechos del presente, participando así en la ela­boración de un diagnóstico que sirva a Venezuela en sus relaciones con aquella parte del mundo en el futuro.

No ignoramos, de ningún modo, que la búsqueda del petróleo o su extracción no estuvieron ni está dirigida por razones relacionadas con la nacio­nalidad del petróleo; el motivo principal es descubrir el petróleo en canti­dades comerciales bajo condiciones políticas y legales favorables para la empresa o potencia concesionaria (frecuentemente idénticas).

Para presentar la magnitud de la "competencia" que tiene el petróleo venezolano en el mercado internacional, en términos de las reservas, citamos los cuadros a continuación.

1) RESERVAS DEL MEDIO ORIENTE EN MILLONES DE BARRILES 1967*

Abu Dhabi

8.000

Arabia Saudita

83.002

Bahrein

375

Irak

29.000

Irán

43.000

Kuwait

76.000

Qatar

3.600

Otros

4.009

Total

246.986

* Fuente: M.M.H., Petróleo y otros Datos Estadísticos, 1967, p. 160.

Abu Dhabi

8.000

Arabia Saudita

83.002

Argelia

6.900

Bahrein

375

Irak

29.000

Kuwait

76.000

Líbia

20.000

Katar

3.600

R.A.U.

1.800

Siria

1.000

Túnez

350

Total

230.027

* Fuente: M.M.H., Petróleo y otros Datos Estadísticos, 1967, p. 160.



Comparando estas cifras con el total mundial de reservas para el mismo año, 399.490 millones de barriles, la participación del Medio Oriente es del 62 por ciento y la del conjunto de los países árabes es del 57,6 por ciento. Estas dos últimas cifras tienen un significado todavía mayor, debido al con¬sumo interno mínimo de estos países.

En el aspecto de la producción, una tesis bastante popular en Venezuela es la de atacar los programas de prorrateo de la OPEP "porque Venezuela siempre saldría perdiendo en comparación con el Medio Oriente y por ello es aconsejable para Venezuela aumentar su producción y participación en el mercado petrolero antes de que sea muy tarde".

La pregunta principal es: ¿a quién interesa en el Medio Oriente o en el norte de África aumentar la producción a un ritmo exagerado? En este asunto están participando las compañías operantes en los respectivos países, llevando a cabo los planes de los consorcios a los cuales ellas pertenecen, por una parte, y por la otra, encontramos gobiernos de regímenes monár¬quicos anticuados donde sus pueblos están marginados de opinar y practicar sus derechos legítimos, que se satisfacen de cumplir los deseos de las com¬pañías extranjeras recibiendo una participación de las utilidades y asegurando así su mantenimiento en posiciones del poder.

Obviamente, las compañías del cartel basan su política de producción en el Medio Oriente sobre ciertas circunstancias reales, como alta produc¬tividad física de los pozos, los bajos costos, bajos impuestos, bajos salarios y cercanía geográfica de los centros consumidores; además de la situación aleatoria del Medio Oriente por la cercanía de la Unión Soviética, la popu¬laridad de las ideas revolucionarias y por el conflicto árabe-israelí. Lo men¬cionado representa suficientes motivos para que la industria petrolera inter¬nacional aumente su producción en el Medio Oriente, con el objeto de sacar el máximo posible antes de que se pierda esta maravillosa fuente oriental. Esto explica la carrera entre los diversos países del Medio Oriente por ocupar el primer puesto como productor dentro de la región. Irán, país no árabe, aumentó su producción durante 1967 en un 22 por ciento en comparación con el año 1966; Arabia Saudita, en un 7 por ciento; Libia, monarquía árabe norteafricana, en un 14 por ciento, e Irak, país árabe, registra una dismi¬nución en su producción en 11,5 por ciento.

La situación política creada por el problema palestino, la presencia de todos los países árabes en la Liga Árabe, las conferencias árabes de cumbre, han fortalecido la imagen de que estos países forman una unidad y persiguen los mismos fines y la misma política, y por ello deben tener una política petrolera común. Esta idea, sin embargo, no se hace sobre la realidad; además, la confusión ha sido mayor porque muchos han ayudado a la difusión de esta imagen falsa para sus fines interesados.

Dentro de los países petroleros árabes podemos observar dos tendencias principales; la primera es representada por Arabia Saudita, Kuwait y Libia, mientras que Irak y Argelia, junto con la República Árabe Unida y Siria, forman la otra tendencia.

La pregunta inevitable es si este aumento de producción es una expre¬sión del deseo de pueblos representados por gobiernos nacionales o es un hecho en el cual no pueden opinar los pueblos y sus gobiernos y que se lleva a cabo contra la voluntad de éstos. La participación de los gobiernos respec¬tivos en las utilidades resultantes de la producción, transporte, refinación y distribución del petróleo mesoriental no representa sino una parte mínima del total. Esto no significa que los monarcas, tanto los árabes como el persa, no aspiren a aumentar su participación en las ganancias, pero ellos se con¬tentan con un mayor ingreso por mayor cantidad exportada y no por unidad exportada. Lo lógico sería, entonces, no hablar tanto de la competencia que el Medio Oriente significa para el petróleo venezolano, sino más bien luchar tanto en el Medio Oriente como en Venezuela para que el ingreso petrolero sea mayor, pero no a costa de la extracción de esta materia prima no renovable.

Para mayor claridad presentamos seguidamente unas cifras relacionadas con la producción y el porcentaje de las empresas participantes en esta producción.

Cuadro N. 1
PARTICIPACIÓN DE LAS COMPAÑÍAS DEL CARTEL EN LA PRODUCCIÓN DE PETRÓLEO DE LOS PAÍSES DEL MEDIO ORIENTE. 1966

(Miles de barriles diarios)

Compañía

Irán

Irak

Kuwait

Arabia Saudita

Katar

Total por empresa

Esso

142

164

718

23

1.047

Mobil

142

164

239

23

568

Gulf

142

1.305

1.447

Stancal

142

718

860

Texaco

142

718

860

Iricon

142

142

Shell

285

329

146

760

B.P.

814

329

972

45

2.160

C. F. P.

122

329

45

496

Otras ext.

6

69

182

185

451

Cía. Estatal

53

8

25

25

111

Total

2.132

1.392

2.484

2.603

291

8.902

Fuente: Cuadro confeccionado por nosotros en base a datos de Annual Statistical Bullelrn, 1966, opec, Viena, p. 42.



Cuadro N. 2
NACIONALIDAD DE LOS INTERESES QUE CONTROLAN LA PRODUCCIÓN PETROLERA DEL MEDIO ORIENTE EN 1966

(Barriles diarios)

Nacionalidad

B/D

%

Norteamericana

4.924.000

55,31

Británica

2.160.000

24,26

Británico-holandesa

760.000

8,54

Francesa

496.000

5,57

Otras extranjeras

451.000

5,07

Estatal (M.O.)

111.000

1,25

Producción total

8.902.000

100,00

Fuente: id. Cuadro Nro 1.





La conclusión a la cual se puede llegar es que la decisión sobre la pro¬ducción en el Medio Oriente está en manos de compañías extranjeras que operan a la vez en toda la región, en el norte de África y en Venezuela; así, pues, que si observamos un aumento de la producción de cualquiera de estos países, no hay que imaginarse que esto ocurre como un testimonio de simpatía de la industria petrolera internacional con este país, sino simple¬mente porque es conveniente para la industria hacerlo.

Hemos mencionado las dos principales tendencias dentro del mundo árabe, y para mayor entendimiento presentamos una síntesis dentro de la situación en general.

LOS PAÍSES ÁRABES: ¿UNA UNIDAD?

El juego de las fuerzas y tendencias dentro del mundo árabe es impor¬tante porque debido a su naturaleza podría decidir el destino de las relacio¬nes petroleras en el Tercer Mundo. Podemos observar allí los casos más extremos de los regímenes e ideologías, además de todas las combinaciones ya tradicionales; una república popular democrática al lado de una monar¬quía absoluta, un país que nacionaliza su industria y otro país "hermano" que otorga concesiones a los intereses extranjeros. Por una parte vemos países que luchan por su independencia económica y por la defensa de sus derechos e intereses nacionales, y por la otra encontramos países dirigidos por personajes comprometidos y asociados con los consorcios internacionales que obs¬taculizan la emancipación de sus pueblos, manteniéndolos en un atraso —bajo una fachada religiosa— que combate la liberación nacional y la recupera¬ción de la soberanía política y económica.

La revolución contra las formas patriarcales de gobierno, contra los valores anticuados, la lucha de carácter liberal, es condenada como expre¬sión de las ideas subversivas y del ateísmo. En todo esto Arabia Saudita juega un papel predominante, sabe de su aislamiento tradicional para movi¬lizar a los posibles aliados, árabes y no árabes, y se convierte en el líder de los países conservadores del Medio Oriente. Extiende sus actividades hasta Pakistán, el norte de África y los países africanos musulmanes. Las diferencias históricas entre la dinastía Saud, por un lado, la de los Sabah en Kuwait y con los Hashimitas de Jordania por el otro, son olvidadas; incluso las invasiones sauditas al territorio kuwaiti ya no cuentan.

Todo esto es una ampliación del Pacto Centro (Irán, Turquía, Pakis¬tán); Arabia Saudita junto con Irán y Kuwait forman un triángulo preven¬tivo contra la infiltración de ideas revolucionarias en la región del golfo Pérsico. Los dos primeros grandes países enfrentan la tarea de reemplazar la presencia militar británica, y se les ayuda desde fuera para su fortale¬cimiento bélico y para el aumento de su influencia política y económica. Además, la región del sur del Yemen es otra parte explosiva, debido a la creación de la república del Yemen después de haber derrocado una monar¬quía absoluta en el país árabe más atrasado. Aden se independizó del yugo británico y se convirtió en una república. Y en Omán, otra colonia británica en el sur de Arabia, el movimiento armado independentista se fortalece y extiende cada día más.

Para enfrentar esta situación explosiva, los esfuerzos se movilizan y se coordinan; visitas, créditos, programas para el desarrollo común, son la expre¬sión de esta política. Las disputas sobre las aguas territoriales entre estos países principales se arreglan en negociaciones de "ambiente fraternal"; se aconseja a los gobernadores de los emiratos y minisultanatos comenzar obras para el bienestar de sus pueblos, financiadas por parte de los bondadosos hermanos mayores.

La obra no puede estar completa sin un aliado en el norte de África, donde Argelia y la República Árabe Unida tienen indiscutible influencia, y para este fin surge Libia con la solución ideal, puesto que el petróleo forma el fondo de toda esta estrategia.

Al Líbano se le hace una guerra económica porque algunos de sus sectores se opusieron a los planes de colaboración y acercamiento islámico, y se les acusó de estar inspirados por las potencias occidentales para combatir las ideas progresistas y los movimientos nacionalistas en la región. La famosa crisis del Banco Intra fue la presión mediante la cual se obligó al Líbano a tomar una posición menos amistosa hacia los países árabes progresistas.

En Siria fracasan golpes de Estado y los responsables de ellos huyen a países vecinos que mantienen una política conservadora y expresan su amistad hacia los monopolios extranjeros.
En el sur de Arabia, la revolución republicana del Yemen alimentó el movimiento sindical de la ex colonia británica de Aden, hasta que ésta logró obligar al ejército inglés a abandonar el país. Los partisanos de Hadramaut y Omán se encuentran hace muchos años en una lucha contra la presencia británica en sus territorios y por incorporarse al movimiento ascendente de los pueblos.

Todas estas tendencias de emancipación y liberación constituyen, para los intereses extranjeros petroleros, en las partes donde éstos nunca han sido amenazados en el pasado, un peligro muy grande para ser ignorado. Estos intereses se han visto obligados a enfrentarse con las fuerzas nacionalistas en Irak, Siria y Argelia, donde los movimientos han alcanzado tal grado de decisión que la solución definitiva solamente es una cuestión de tiempo y donde no se puede hacer al reloj marchar hacia atrás.

Este ambiente tan tenso se complica aún más cuando le agregamos el problema de Palestina, más conocido como el conflicto árabe-israelí. Para conocer este fenómeno tendríamos que enfocar sus aspectos políticos, eco¬nómicos, sociales, religiosos, étnicos, culturales, etc.; pero aquí trataremos de presentar un resumen del problema que solamente aborda el caso en general. Consideramos el conocimiento del fondo del problema como condi¬ción básica para valorar correctamente la situación en el Medio Oriente, además de su probable impacto sobre el futuro de la industria petrolera.

EL PAPEL DE ISRAEL

Este problema tiene su origen en la decisión de la Organización Sio¬nista Mundial de gestionar y luchar por la obtención de Palestina con el fin de formar la patria de los judíos de todo el mundo y construir un estado exclusivamente judío. Dicha organización había celebrado su primer con¬greso en Basilea en 1897 y desde entonces había realizado numerosas acti¬vidades relacionadas con este objetivo.

Gran Bretaña, Rusia y el Imperio otomano fueron los países princi¬pales cuyos políticos, e inclusive monarcas, habían sido el blanco de las gestiones sionistas en favor de lograr su simpatía, reconocimiento y apoyo. Este movimiento se desarrolló como un movimiento puramente político con nexos religiosos, sin tener una base popular que le apoyara o a quien el movimiento representara verdaderamente. Su idea de fondo era la de com¬batir la asimilación de los hebreos en las sociedades de los países donde ellos formaban parte de la ciudadanía, impedir que los trabajadores hebreos se incorporaran en los partidos y movimientos revolucionarios, despertar el nacionalismo, acentuar la pertenencia de los hebreos a una sola raza, cultura, religión e historia, y relacionar todo esto con el deber del retorno a Sión, la patria abandonada hace diecinueve siglos.

Los países europeos miraban con simpatía al movimiento sionista por el hecho de que éste deseaba que los hebreos abandonaran sus respectivos países y se dirigieran hacia Palestina. Esto servía los objetivos de los dirigentes políticos europeos por diversos motivos. Existían en muchas partes de Europa sentimientos antijudíos que conformaban el denominado "problema judío". La salida de ellos significaba un alivio a este problema. El porcentaje hebreo en los partidos progresistas era elevado en comparación con las cifras de la población judía de los respectivos países, y su salida de Europa tendría como consecuencia el debilitamiento del movimiento revolucionario. Además, era evidente que el éxodo de los judíos no incluía a los capitalistas, industriales y bancarios, ni a los técnicos, médicos, artistas, etc., sino a los más depau¬perados, así pues que tal acto no pondría en peligro la vida económica de los países europeos afectados por el éxodo. Otro motivo para tratar los objetivos sionistas con simpatía por parte de los políticos europeos era que los representantes y líderes de esta idea controlaban la banca, la prensa, el comercio, etc., aparte de los lazos de amistad con los políticos europeos, debido a sus posiciones económicas y sociales elevadas.

La historia y el desarrollo de este movimiento no puede ser nuestro tema aquí, pero sí debemos recordar que el Imperio británico fue la poten¬cia que facilitó la realización*de lapídea sionista. La síntesis siguiente acla¬rará la situación vigente cuando nació el problema palestino.

Al estallar la Primera Guerra Mundial, Turquía, o mejor dicho, el Im¬perio otomano, el cual dominaba todos los países del Medio Oriente, con excepción de Persia, se encontró al lado de Alemania contra Inglaterra, Fran¬cia y Rusia. Seguidamente los británicos ocuparon a Irak y lanzaron a su famoso Lawrence de Arabia para que los árabes ayudaran a Gran Bretaña contra los turcos, prometiendo a los árabes la libertad y la soberanía al ter¬minar la guerra. Dicha ayuda era primordial para los ingleses y significaba para ellos el ahorro de esfuerzos y tropas, vencer a los turcos mediante el debilitamiento de los árabes en esta lucha para los fines de la futura política británica, y establecer buenas relaciones con los líderes de la insurgencia árabe para destacarlos como jefes políticos comprometidos en el futuro.

Con el fin de crear una base legal de este entendimiento y colaboración anglo-árabe, el alto comisario británico acreditado en El Cairo, Sir Mac Mahon, firmó un acuerdo con el jerife de la Meca (prácticamente, gober¬nador y bey de la Meca), conocido en la historia como las Correspondencias Mac Mahon-El Hussein, con los siguientes puntos:

I. Gran Bretaña se compromete a construir un gobierno árabe com¬pletamente soberano tanto en los asuntos internos como externos, con las siguientes fronteras: Este: Golfo Pérsico.

Oeste: El Mar Rojo, Canal de Suez y el Mediterráneo.
Norte: Las fronteras de las provincias de Alepo y Mosul.
Sur: El mar Arábigo, aparte de la colonia británica de Aden.



II. Gran Bretaña se compromete a la protección de este Estado y su defensa contra cualquier intervención extranjera o invasión.

III. La provincia de Basora quedará bajo la ocupación británica hasta que termine la constitución del nuevo gobierno árabe.

IV. Gran Bretaña promete abastecer al nuevo gobierno árabe con armas durante la guerra y con el capital necesario después, hasta que se establezcan las condiciones económicas.

Una vez firmado este acuerdo, estalló en la Meca el 10 de junio de 1916 la revolución de Hidjas, más conocida como la revolución árabe contra el dominio turco. Cabe mencionar que dicha revolución no surgió en los centros más civilizados del mundo árabe, donde existían movimientos polí¬ticos progresistas, sino en la parte más atrasada de aquel mundo y bajo el liderazgo de un jefe religioso que fue seguido principalmente por tribus beduinas no organizadas y conmovidas por la emoción.

Esto tuvo un efecto negativo por dos razones:

1. Los demás movimientos árabes de liberación, por no agrietar el frente de lucha, se incorporaron a las filas de El Hussein. Y esto causó más tarde un juicio equivocado sobre la naturaleza del movimiento nacionalista árabe.

2. En el transcurso de un largo período, muchos no han podido cali¬brar objetiva y merecidamente y comprender con justicia la naturaleza revo¬lucionaria del movimiento nacionalista. Se ha hecho una confrontación erró¬nea y no científica del nacimiento y desarrollo del nacionalismo en Europa con el nacimiento y el desarrollo del nacionalismo árabe, teniendo como resultado una ignorancia de las diferencias esenciales existentes entre el nacio¬nalismo europeo y el nacionalismo árabe.

El nacionalismo europeo nació y se desarrolló como expresión de los anhelos de la burguesía en desarrollo, lo que le dio un carácter progresista. Con el paso del capitalismo de la fase de la libre concurrencia a la fase monopolista, se atenuó este aspecto progresista, convirtiéndose gradualmente en un elemento de signo contrario. Así, el nacionalismo se transformó en un arma ideológica de opresión y explotación de otros pueblos.

En el mundo árabe, las ideas del nacionalismo surgieron cuando los pueblos se encontraban bajo dominio extranjero, y de esta manera desde su nacimiento adquirieron un carácter progresista y se convirtieron en bandera bajo la cual los patriotas árabes lucharon por la libertad y la inde¬pendencia de sus países. Por supuesto que no se pueden dejar de observar y de rechazar los aspectos negativos de las concepciones nacionalistas árabes en el primer período de su desarrollo, es decir, a fines del siglo XIX y comien¬zos del XX. Estos aspectos fueron condicionados por el dominio de los ele¬mentos feudales, semifeudales y aun burgueses en el movimiento nacionalista e ideológico, y también por el hecho de que dichos elementos estaban influenciados por las concepciones europeas del nacionalismo burgués, que ya habían adquirido un carácter reaccionario.

Sin embargo, a medida que se desarrollaba el movimiento nacionalista en los países árabes, eran gradualmente eliminados de su dirección los repre¬sentantes de las fuerzas reaccionarias y conservadoras.

Volviendo a los años de la Primera Guerra Mundial, mencionaremos el acuerdo secreto Sykes-Picot firmado en El Cairo en mayo de 1916 entre Inglaterra y Francia con el reconocimiento y participación de la Rusia zarista, donde se acordó:

1. Gran Bretaña y Francia están dispuestas a reconocer y proteger un Estado árabe o una federación de estados árabes, bajo un jefe árabe en las dos regiones:

A) El interior de Irak
B) El interior de Siria

Inglaterra tendrá la prioridad en la región "A" en asuntos de pro¬yectos y préstamos, y la exclusividad en proporcionar consejeros y empleados extranjeros; los mismos derechos tendrán Francia en la región "B".

2. Inglaterra tendrá todo el derecho de construir en la región roja (desde Bagdad hasta el golfo Pérsico) la forma de gobierno que le parezca. Francia tendrá los mismos derechos en la región azul (la costa siria).

3. La construcción de un régimen internacional en la parte gris (Pales¬tina), que será decidido después de consultar a Rusia y de acuerdo con los demás aliados y los representantes del jerife de la Meca.

Aunque los puntos principales del acuerdo de Sykes-Picot contradecían aquellos de Mac Mahon - El Hussein, la violación total vino representada en la Declaración Balfour, ministro británico del Exterior. En dicha declara¬ción, el Imperio británico dio el paso decisivo y creó el problema palestino. Mientras los árabes combatían contra los ejércitos turcos al lado de los alia¬dos por lograr la independencia y soberanía, el gobierno inglés prometió parte del territorio árabe a la organización sionista internacional.

La siguiente carta es representativa de las gestiones británicas en tal sentido.

Londres, 2 de noviembre de 1917.

Estimado Lord Rothschild: Tengo gran placer en hacer llegar a usted, en nombre del Gobierno de Su Majestad, la siguiente declaración de simpatía ton las aspiraciones judías sionistas, las cuales han sido sometidas al Gabinete y aprobadas.

El Gobierno de Su Majestad considera favorable el establecimiento en Pales¬tina de un hogar nacional para el pueblo judío y utilizará sus mejores esfuerzos para facilitar el logro de este objetivo, quedando claramente sobreentendido que nada será hecho que pueda perjudicar los derechos civiles y religiosos de las actua¬les comunidades no judías en Palestina, o los derechos y el status político del cual gozan los judíos en cualquier otro país.

Le quedaré agradecido si usted hace conocer esta declaración a la Federación Sionista. A. W. Balfour.

La explicación de la alianza y coincidencia de intereses británico-israelí está en la contemporaneidad, pues el movimiento sionista celebró su primer congreso en 1897. Era contemporáneo el auge del Imperio británico, que comienza a principios del siglo XIX y termina con el fin de la Segunda Guerra Mundial. Después de haber celebrado sus cincuenta años, dicho movimiento ya había consolidado sus nexos y coordinado sus actividades con la potencia que heredó el liderazgo del campo occidental, Estados Unidos. Una apre¬ciación del papel jugado por Inglaterra es hecha por el señor Nadav Sufran: "La operación sionista en Palestina hubiera sido imposible si la Gran Bretaña a fines de la Primera Guerra Mundial no hubiera apoyado al movimiento sionista y ofrecido la oportunidad de establecer una base segura en el país mediante la Declaración de Balfour y régimen del mandato".2

2: The United States and Israel, Cambridge, Harvard University Press, 1963, p. 233

En este sentido la creación del Estado de Israel no tiene nada de común con el fenómeno observado en Asia y África después de la Segunda Guerra Mundial, de la independencia de la colonia. La población original de Pales¬tina que luchaba contra el colonialismo fue vencida y obligada a abandonar su patria en 1948; los nuevos ciudadanos vinieron de todas partes del mundo, especialmente de Europa central y oriental. La única base que los unía y une es la religión bajo la organización y el liderazgo de la idea sionista, favorecida por las fuerzas coloniales desde su nacimiento.

PAÍS DE ORIGEN DE LA INMIGRACIÓN HEBREA HACIA PALESTINA"

Año

de inmigrantes

País de origen

1904 - 1914

35.000

Rusia zarista

1919 - 1923

35.000

URSS, Polonia y Países Bálticos

1924 - 1931

89.000

URSS, Polonia, Balkán y Medio Oriente

1932 - 1938

217.000

Polonia y Europa Central

1939 - 1945

92.000

Europa Central, Balkán y Medio Oriente

La Nouvelle Critique, junio de 1967, p. 13.



La nueva población no había vivido ni conocido los problemas del país ni de la región; el pensamiento europeo nacional, la cultura, educación, la técnica, etc., eran factores nuevos importados a Palestina por los nuevos habitantes del país. Esto hace imposible la asimilación del nuevo país con sus vecinos, porque a los demás países (y sobre todo los pueblos) los unían factores inseparables de historia común, cultura, religión y lucha, relaciones económicas y humanas.

Desde la creación de Israel en 1948 hasta la actualidad podemos decir que la situación en el Medio Oriente cambió. Existen en la región países que han logrado ciertos grados de independencia política y económica y que siguen este camino; otros comprometidos servidores de los planes y objetivos de los monopolios petroleros. Entre los úl¬timos se encuentran tantos países árabes como otros no árabes, dentro de estos nos parece que Israel tiene un status especial por la siguiente razón: Los países conservadores de la región cuentan con pue¬blos que siempre luchaban contra los gobiernos servidores de los intereses extranjeros y defendían a los intereses nacionales. En Irán, por ejemplo, el movimiento nacionalista de Mossadegh fracasó porque "El Shah y Zahedi estaban derrotados, pero Mossadegh no había triunfado. Los agentes de la CÍA siguieron intensificando sus actividades y en pocos días lograron el, motín que definitivamente derrocó al Go¬bierno Nacionalista del Doctor Mossadegh, el miér¬coles 19 de agosto de 1953". (1).

(1) J.P. Pérez Alfonso. El Camino de Mossadegh. Revista Política. p. 31

Más exitoso fue el movimiento iraquí del 14 de julio de 1958, el cual fue comentado por J.H. Carmical en el "New York Times": "Envolviendo a lo que se considera el gobierno más estable y progresista del mundo árabe y el único en el que realmente puede confiar Occidente, el derrocamiento del régimen iraqués tendrá serias repercusiones en todo el planeta. Puede ser que tengamos que concluir en que ningún gobierno a migo sobrevivirá en aquella región". (2).

(2) Harvey O'Connor. Crisis Mundial del Petróleo, p. 317.

El ejemplo iranio e iraqués demuestra que incluso en los países mesorientales donde había gobiernos mantenidos en sus posiciones desde fuera, la fermentación política tenía resultados positivos para los pueblos de la región, y los movimientos políticos se han expresado de una manera idéntica y lógica para los países subdesarrollados.

Israel por su parte no puede compartir el mismo camino y la misma lucha con los demás países del Medio Oriente por su origen, formación y obje¬tivos; al contrario, Israel se encuentra (por su naturaleza) en la región, como obstáculo para que se repitan las experiencias positivas para el destino de los pueblos mesorientales y esta es la razón de su ser (presencia).

Algunos cometen el error de considerar a los países mesorientales conservadores árabes y no árabes, como los aliados de Occidente, de la misma manera como lo es Israel. A pesar de todo su con servatismo, la población turca se manifiesta contra la pertenencia del país a la OTAN (NATO) y el go¬bierno turco se encuentra en las Naciones Unidas abandonado por los EE.UU. en cuanto al problema chipriota; Irán ya causó con la nacionalización del petróleo en 1951, un futuro bastante inseguro para los amos del petróleo. Los países árabes conservadores están obligados a tomar una posición antioc¬cidental aunque en períodos determinados, y esta posición se debe en primer lugar al problema palestino. Los pueblos exigen de sus gobiernos una lí¬nea nacionalista y las obligaciones del panarabismo dictan una política de solidaridad que se dirige necesariamente contra los aliados de Israel.

Muy distinto es el caso de Israel porque éste es Occidente, su ideología, cultura, interdependencia estrecha de intereses, orientaciones, etc. y por ello Israel siempre gozará del apoyo de Occidente. Aquí reside la relación entre Israel y el destino de la industria petrolera en el mundo árabe.

Consideramos útil incluir aquí algo referente a la política petrolera de Egipto y Siria. Aunque ambos no son exportadores importantes, sin embargo, ejercen una influencia evidente sobre la política petrolera de los demás países árabes ex¬portadores de petróleo.





El Boicot Árabe y la Posición de Irán.

Los países árabes ejercen en general un deficiente boicot contra Israel y las empresas que contribuyen positivamente a fomentar la economía israelí. Ninguna otra materia es tan vital para la economía y ejército israelí como el petróleo y aquí encontramos la falla más grave del boicot; aquí es donde se pueden cumplir las reglas y los principios del mismo.

Para 1967 Israel no produjo más de 3 mil barriles diarios; contaba con una industria avanzada, un ejército moderno y activo, puertos concurridos, sus refinerías tenían una capacidad de 100 mil b/d. y su consumo era de 73 mil b/d. El déficit pe trolero israelí proviene de Irán según declara éste último, y cabe recordar que las empresas petro¬leras operantes en Irán son las mismas que operan en los países árabes. Irán por su parte explica que no puede determinar el destino de sus ventas una vez que el petróleo sale del territorio iranio; aún más, las ventas se realizan entre la compañía productora y el comprador (directamente y sin la intervención del gobierno) el cual normalmente es una empresa afiliada a la compañía matriz que es dueña de la productora y de la compradora a la vez. Cuando en 1951 el doctor Mossadegh nacionalizó la industria petrolera irania, la British Petroleum (entonces única empresa operante en Irán y abastecedora del Standard of New Jersey) buscó solucionar su crisis de abastecimiento, por haber perdido la fabulosa fuente que era el primer país productor en el Medio Oriente, mediante el aumento de la producción en Irak y Kuwait. Igualmente las compañías norteamericanas ejercieron un aumento de producción en Arabia Saudita, y se logró mediante esta maniobra mantener el nivel total de la producción petrolera mesoriental, ejercer un adecuado aumento anual y poner así de manifiesto la capacidad del Cártel de enfrentar con éxito cualquier obstáculo y demostrar como el petróleo nacional no puede servir como arma para recuperar el derecho violado cuando los demás productores permiten acciones que contrarrestan la nacionalización.
Los "prudentes" en el mundo árabe temen llevar las cosas tan lejos hasta una posible nacionalización, porque creen que Irán está esperando tal desarrollo y lo aprovecharía, junto con otros países productores, aumentando su producción para reemplazar la falla resultante de la ausencia del petróleo árabe nacionalizado.

A pesar de todo le discutible que pueda contener esta última tesis, la realidad es que Israel está construyendo un oleoducto desde el puerto israelí de Eilat en el Mar Rojo hasta el puerto de Eshkelon en el Mediterráneo, de un poco más de un metro de diámetro con una capacidad de 50 millones de toneladas por año, y que será paralelo, a través del desierto de Negev, a otro oleoducto ya construido, de 40 centímetros de diámetro (el Barón de Rothschild participó en su financiamiento) y que permite que Israel exporta cerca de 1,5 millones de toneladas de petróleo por año. (1). El 14 de junio de 1968 fue anunciado que el oleoducto de 258 kms., estaba en construcción y que terminaría después de 9 meses (2).

(1) El Universal, 11 de enero de 1968, Caracas.
(2) Weekly Summary of the Daily Press. OPEC. Viena.

Últimamente, el Director de la Shell Transport and Trading Co., declaró que "él no veía que uso se haría del oleoducto israelí". Agregó "yo no puedo creer que cualquier compañía mayor pueda hacer uso del oleoducto israelí, salvo en la situación de una pacificación general en el Medio Oriente". (1).

1) Financial Times, London, 20 de Febrero de 1969

Pero lo interesante es que dicho oleoducto fue presentado como proyecto después de la ofensiva israelí del 5 de junio de 1967, y el cierre del Canal de Suez, importante arteria petrolera. Otro acontecimiento de importancia fue la rápida producción de supertanqueros destinados a transportar el petróleo cargado en los puertos del Golfo Persa (A badán, Fao, Ahmadi, Ras Tanura, etc.) que pasaban antes por el Canal de Suez para abastecer a Europa Occidental, el Reino Unido y los Estados Unidos.

No pretendemos que la producción de supertanqueros haya sido motivada por el cierre del Ca¬nal de Suez en 1967, pero sí creemos que el cierre de ésta importante vía en 1956 ha causado hasta cierto punto, junto con el avance natural de la técni¬ca, el surgimiento de los supertanqueros.

Queda por preguntarse, ¿Qué medidas tomarían los productores petroleros árabes frente a esta situación? Europa Occidental necesita el petróleo proveniente del Golfo Pérsico, y la ruta normal ha sido el Canal de Suez. Pero las experiencias de 1956 y 1967 han demostrado a Occidente la necesidad de independizarse de esta vía, como consecuen¬cia ha surgido el supertanquero, que a pesar de la larga distancia representa una solución económica. Una alternativa auxiliar es la de los oleoductos; uno de estos proyectos es el oleoducto que llevaría el petróleo de los campos productores de Arabia Saudita, Kuwait, Irak, Irán (con un oleoducto secundario) pasando por territorio turco hasta el Mediterráneo.

Los otros dos proyectos más concretos son el ya mencionado israelí y otro egipcio (en la fa¬se de estudio) que pasaría al lado del Canal de Suez. Todos estos planes de oleoductos, junto con los ya existentes: el Tapline de Arabia Saudita con su ter minal en Sidon y el oleoducto de la IPC del Irak" que termina en Trípoli y Banias, tienen el objetivo de disminuir la dependencia del Canal de Suez por un lado y transportar el crudo a costos más bajos por el otro.

La declaración antes mencionada proveniente de la SHELL en relación con el oleoducto israelí, demuestra que las compañías mayores no tienden a provocar acciones, por parte de los gobiernos árabes donde operan éstas empresas, que pueden poner sus intereses en peligro directo. El fenómeno observa do en el mundo árabe, es que los gobiernos, por más moderados y prooccidentales que sean, no han roto nunca con las reglas del boicot contra Israel y no han dejado de tomar serias medidas cuando esto se hace necesario. Esta afirmación no debe causar una confusión en el sentido de que estas medidas podrían llegar a cambiar la estructura de las relaciones vigentes en el mundo petrolero, pero estas acciones significarían interrupciones y dificultades para la industria petrolera a nivel internacional. Las medidas unilaterales de un solo país productor se pueden equilibrar fácilmente, pero las empresas pe troleras tienen que pensar sus planes dos veces"" cuando se trata de una línea general que obliga, a un grupo tan importante de productores, a tomar medidas en conjunto y tomando en cuenta adicionalmente las acciones que se podrían tomar en los países no productores sino de tránsito petrolero (Siria, Jordania y el Líbano).

Es de suponer que habrá métodos discretos para utilizar la capacidad total del nuevo oleoducto israelí, incluso con petróleo procedente de pozos árabes, sin despertar la sospecha de la opinión pública, evitando así una reacción de alcance indeseable para los intereses de la industria petrolera y suministrando a los consumidores europeos el petróleo mesoriental sin necesidad de dar la vuelta por el Cabo de Buena Esperanza. Para Irán no existen estos tabús y su petróleo puede pasar abiertamente por el oleoducto israelí.

Esta lucha de fuerzas en el Medio Orien¬te es de carácter singular y su resultado tendrá efectos imprescindibles, en el editorial del New York Times del 31 de mayo de 1967 se leía" "La región es de primordial importancia para los Estados Unidos. El área del Golfo Persa produce el 27 % del petróleo en el mundo y contiene el 60 % de las reservas mundiales. Las compañías americanas tie¬nen inversiones brutas de $ 2,5 mil millones en la región. No hay nada comparable a los intereses americanos en la Península del Sureste de Asía". Países "hermanos" pero de diferentes regímenes políticos, sistemas económicos y por supuesto bajo dis¬tintas influencias de potencias extranjeras van por caminos opuestos en lo que se refiere a los postu¬lados de la política petrolera; pero un problema común ata y les obliga a todos a una cierta línea de solidaridad. No se trata de un problema de tipo regional, ni es cierto que Venezuela no forma parte del conflicto y que por ello no debe interesarse u opinar sobre lo mismo.

Como conclusión podemos afirmar que paí¬ses del Medio Oriente y Venezuela, así como los d£ más países de África y de Australasia, que están dentro de la O.P.E.P., deben formular una política petrolera común que tenga como objetivo el rescate de su recurso natural no renovable: el petróleo, y que permita a estos países tener decisión en el orden de cuanto producir, a quien vender y a qué precio.


This entry was posted on 6 de abril de 2010. You can follow any responses to this entry through the RSS 2.0. You can leave a response.

Leave a Reply

Con la tecnología de Blogger.