¡Las reservas infinitas! y el valor estratégico del petróleo venezolano

¡Las reservas infinitas! y el valor estratégico del petróleo venezolano

publicado en el libro " Sembrando el Petróleo"
Fundación Venezuela Positiva
2001

Falta mucho para alcanzar niveles satisfactorios para las exigencias de la justicia y la equidad en el mundo. Lo que más perturba a la conciencia humana, es que los avances tecnológicos y los altos niveles de bienestar material que beneficiaron a una pequeña porción de la población humana, contraste con necesidades elementales insatisfechas por la mayoría de la población mundial, lo cual atañe lo primordial del concepto tan reiterado de los Derechos Humanos y por ende a la paz mundial.

Por sus características particulares, el petróleo tanto como energético así como materia prima de usos múltiples, alcanza cada día a un número mayor de personas alrededor del planeta, las cuales lo incorporan a su “dieta” habitual de consumo. Esta condición del petróleo, es posiblemente lo que explique su rol vital en la civilización en la que convivimos. En tal sentido, no resulta extraño que buena parte de la historia del siglo que acaba de culminar, tuvo al petróleo como un protagonista casi permanente.

No cabe duda que hay actores que adquieren, se apropian o se les asignan roles protagónicos con relación al petróleo en función de realidades tanto geológicas como de grados y necesidades de desarrollo así como en respuesta a un sistema mundial en cuya configuración el petróleo igualmente juega un rol determinante.

Esto lleva al tema de los recursos, su ubicación, disponibilidad, explotación y aprovechamiento. La noción de recursos, comienza por el hombre y pasa por el aire, el agua, los fondos de los mares,...

• El petróleo es un recurso natural agotable y no renovable
• Es un patrimonio nacional
• Su explotación tiene que responder a lineamientos racionales de acuerdo con el respeto a las condiciones ambientales y a las necesidades de una sociedad-nación para progresar y prosperar.
• La prospección petrolera por definición, interfiere con la naturaleza, sea en tierra o en agua.

Cada vez hay mayor grado de conciencia y celo para proteger al medio ambiente de los efectos negativos de la actividad exploratoria.

• En la mayoría de los casos, se explora como una medida de previsión, con el propósito de agregar más reservas probadas a las ya existentes.
• De no hacerlo y de no hacerlo exitosamente, el recurso comienza a escasear, la vida del recurso se recortaría.
• Este hecho, en la vida real y a la luz de las lecciones de la historia, no solo es motivo de preocupación dentro de los límites de un país, sino que otros también comparten y expresan su preocupación.
• Es mas, a veces ocurre que alguien se siente conforme con lo que tiene; considera que sus reservas son suficientes y no tiene intenciones para explorar. Sin embargo, a su puerta tocan interesados foráneos para despertar e incentivar su interés.
• Las naciones dueñas del petróleo tienen pocas oportunidades para generar decisiones en los mercados de mayor consumo, orientadas a crear una necesidad del consumo o de intensificarlo. El precio bajo, ya no estimula la demanda.
• Aunque este Hemisferio se incorporó apenas hace 500 años a la cadena mundial de producción y consumo, buena parte de este período se caracteriza precisamente por la intensa incorporación de los combustibles fósiles al proceso productivo mundial. Nuestro hemisferio ha estado muy activo al respecto.
• Impresionante resulta observar como el carbón, pese a todas las acusaciones que se le han formulado, aún en el Tercer Milenio, tiene un brillante porvenir con una participación del 25% en el balance de consumo energético mundial.
• Esto, invalida la tesis de que el petróleo, si no es extraído a corto plazo y en forma intensiva, perdería interés para los consumidores de generaciones futuras. La explotación intensiva y veloz del petróleo, exige un difícil y costoso proceso de exploración.
• La experiencia más rica en este campo, la tiene la veterana industria petrolera estadounidense, históricamente muy activa en el territorio estadounidense que, como ningún otro, ha sido intensamente explorado. El récord mundial en número de taladros y de pozos, lo tiene Estados Unidos.
• Desafortunadamente, este enorme esfuerzo financiero, es lleno de riesgos a pesar de todo el avance tecnológico en geología, geofísica e informática; y nadie puede obligar a un inversionista privado a que oriente sus esfuerzos a la exploración en vez de, por ejemplo, a la petroquímica.
• Es este tipo de situaciones, propias de la geología por una parte y de las motivaciones, preferencias y decisiones del inversionista por la otra, lo que le proporciona a la humanidad, el petróleo que desea tener en forma de reservas probadas y desarrolladas.
• El inversionista puede ser también un ente público estatal. Esta característica, sin embargo, no significa que la inversión sea acometida con menor rigor de cálculo de la rentabilidad económica que en el caso privado. La tasa de retorno es un indicador esencial.
• Al igual que un inversionista privado, también el estatal, no le encuentra sentido económico-comercial para mantener una considerable capacidad de producción ociosa, cuando el precio, en retrospectiva histórica y en términos reales, demuestra que en términos nominales, está en niveles similares a dos o tres décadas atrás.
• Todo lo anterior lleva a concluir que la ciencia y tecnología, han avanzado mucho a lo largo del ultimo medio siglo; se han extraído del subsuelo de los países de la OPEP unos 350 millardos de barriles. Estos países poseen la mayor parte de las reservas petroleras, permanentes. En forma proporcional a los esfuerzos exploratorios, la humanidad podría contar con mayores recursos petroleros. Para ello es indispensable tener un sistema mundial de relaciones fundamentadas en el respecto recíproco, el espíritu de la cooperación y de compartir, colectivamente, las oportunidades y las responsabilidades.

Dicho lo anterior, lo que sí seria deseable, es que hagamos cada cual desde su posición y proporcionalmente a los respectivos recursos y oportunidades lo que esté a nuestro alcance, para que dentro de un espíritu de responsabilidades compartidas, contribuyamos a que el futuro supere ética y cualitativamente al pasado.

¿Hacia dónde vamos?

Lo que afirman todos los más confiables pronósticos acerca del futuro de la energía en el mundo, es que dentro del abanico que conforma el balance energético mundial para el 2020, el petróleo ocupará alrededor del 39% del total.

Mas que un pronóstico, es una especie de sentencia, un código de conducta, un pronunciamiento mundial, en el cual se anuncian las futuras necesidades y en forma de aviso público universal, se notifican las expectativas en torno a las previsiones que cada quien, del lado de la oferta, debería tomar oportunamente, para cumplir con el rol que de él se espera.

Los destinatarios del aviso universal, son teóricamente todos los países del mundo, cuyos territorios coinciden con la ubicación geográfica de los yacimientos petrolíferos. Estos yacimientos, en su gran mayoría, han sido ya descubiertos, localizados y aunque en diferentes grados de intensidad y éxito, también explorados.

Existe una rígida e histórica división internacional de trabajo. Además, hay una zonificación de regiones de sensible importancia estratégica. Venezuela cumple un importante rol como proveedor de petróleo y geográficamente, está ubicada de manera tal que eleva su valor estratégico, especialmente para Estados Unidos, el mayor consumidor y primer importador de petróleo del mundo.

Esta primera y elemental constatación, ilustra que, más allá de la voluntad nacional de escoger rumbos y caminos, hay intereses que, con moralidad y legitimidad o sin ellas, imponen reglas rígidas de juego. Transgredir estas “líneas rojas”, suele acarrear indeseables y dramáticas consecuencias.
Venezuela constituye una de las mayores provincias petroleras del mundo y, si de hemisferios hablamos, en el Hemisferio Occidental, ocupa el primer lugar. Este es el hemisferio, donde nació la industria petrolera e impuso toda una cultura centrada en el consumo intensivo del petróleo. El “Sueño Americano”, la “cultura del automóvil” y el “American way of life”, basado en el generalizado uso individual del vehículo potente, veloz, pesado y lujoso, no pueden ser comprendidos, sin que se le agregue la convicción de una nación de su “Destino Manifiesto”: Estados Unidos nació para liderar el mundo.

El líder de la única superpotencia mundial, el presidente George W. Bush, generaliza la insuficiencia de energía de California, habla de una nueva ¨ crisis energética ¨ de dimensiones nacionales en el caso de Estados Unidos, elabora un “Plan Energético”, en el cual se especifican expectativas y se asignan aportes internacionales.

Al iniciarse este nuevo siglo y milenio, resulta ganador un presidente estadounidense, con estrechos vínculos con la industria petrolera. El anunció en primer lugar, su determinación a ser menos contemplativo hacia las prohibiciones ambientalistas a la exploración y explotación petrolera en las áreas ecológicamente más frágiles de su propio país. Igualmente, está decidido a implementar un sofisticado sistema misilístico que, para facilitar, llamaremos “Guerra de las Galaxias”; y en tercer lugar desvinculo su país del “Protocolo de Kyoto”.

¿Qué tiene lo anterior que ver con nosotros?

1.- Una economía y una sociedad, como la estadounidense, responsables a lo largo del siglo XX de la mayor alícuota de contaminación ambiental, al tomar esta postura individualista, desestimula toda iniciativa colectiva e induce a convertir el caos y la anarquía en la regla del juego.

Dramático resulta leer en un despacho de “Reuters” (*) titulado: “Bush Administration sees little chance of Kyoto agreement”, lo siguiente:

“Un memorando del Departamento de Estado se refirió a varias disputas específicas, incluyendo una demanda introducida por Arabia Saudita y otros países OPEP, en la cual piden compensación por la merma en los ingresos petroleros como resultado de emisiones menores y los catalogó como ‘risibles’ y ‘completamente conceptuales’ ”.

Esto coloca las posiciones en extremos y en forma de enfrentamientos. Decepcionante resultó un titular en el “Middle East Economic Survey” (**) Bush Plans to open Dialogue With OPEC”, porque a primera vista sintetizó la suma de alegría que producen el “Thanks Giving Day”, el “Espíritu de la Navidad”, “Santa Claus” y el “Día de Reyes”. Pero el texto traía otro mensaje: “Para emprender un fuerte esfuerzo diplomático con nuestros amigos en el Medio Oriente a fin de que tengan una política energética respetuosa hacia sus amigos aquí, de modo que las naciones de la OPEP puedan ser convencidas para abrir los grifos y le quiten la presión a los precios”

En otras palabras, nuestras peticiones, son para ellos risibles; pero sus deseos nos exigen respeto y cumplimiento. ¡Un perfecto equilibrio entre iguales! o ¿ es la Ley de la selva ? Quien lee lo anterior sin fechas, tiene pleno derecho de preguntar si estas posiciones son anteriores a la “Declaración Universal de los Derechos del Hombre”.
_________
(*) 23 de abril de 2001.
(**) 25 de Dic. De 2001.

2.- El Presidente Bush se preocupa por: una pronta “crisis energética” en EEUU; los “altos precios” del petróleo y para resolver esta situación, espera que los países exportadores de petróleo, amigos de EEUU, abran los grifos para que el chorro del suministro petrolero sea abundante.

En este sentido, sin tener animo fatalista, creo necesario tomar en cuenta los siguientes aspectos, los cuales dificultarían una respuesta venezolana negativa:

a) Existe una Doctrina Petrolera Venezolana que caracteriza al país como fuente confiable y seguro en el suministro petrolero en tiempos de paz y de guerra.

b) Hay también una “Teoría” venezolana que considera a EE.UU. como su Mercado Natural.

c) No debe olvidarse tampoco que Venezuela, durante décadas, ocupó el primer lugar entre los países exportadores de petróleo.

d) La producción petrolera en Venezuela alcanzó su máximo histórico en 1970. Desde entonces, comenzó a confrontar dificultades técnico-financieras para continuar dicho ascenso.

Razones de Estado, de seguridad y defensa, de racionalidad económica y realismo político, mantienen vigente la “Doctrina” señalada. Venezuela parece estar destinada a cumplir este rol.

Un importante sector de la opinión pública pensante, atenta a las estadísticas de las importaciones petroleras estadounidenses, exhibe una marcada sensibilidad cada vez que Venezuela aparece desplazada por otros países exportadores. En su opinión, el país no puede permitir que algún competidor, sustituya la tajada venezolana en el mercado estadounidense.

Este fenómeno se debe, quizás, a una cuestión de honor y dolor por haber perdido el “campeonato” de ser el primer exportador; por no producir en la actualidad unos 9 millones de barriles diarios.

De allí, en realidad dos escuelas de pensamiento se encuentran enfrentadas en Venezuela en una discusión conceptual-intelectual iniciada desde hace aproximadamente medio siglo. Una opta por considerar al petróleo como recurso natural estratégico, agotable, cuya explotación debe ser cuidadosa, racional y conservacionista; que no deberían otorgarse mas concesiones; que se le de al petróleo un precio justo y que se vaya diversificando la economía.

La otra considera que la política de no otorgar más concesiones, es condenar a que sus reservas se quedan indefinida e inútilmente en el subsuelo; es privar al país de su derecho al progreso; y aspira a que el petróleo venezolano tenga una participación cada vez mayor en la creciente demanda petrolera mundial. Para ello, sería necesario efectuar un intensivo esfuerzo exploratorio a fin de agregar considerablemente nuevas reservas petroleras, a la vez de expandir la capacidad de producción en el país.

A lo largo de los dos últimos años, las autoridades venezolanas competentes, han dado muestras de que, aunque continua la misma característica petrolera del país, no es aconsejable participar en una carrera entre los exportadores.
El pasivo ambiental

Existe la conciencia de que la prolongada actividad petrolera en el país, ha dejado aquí complejas y negativas consecuencias y secuelas culturales, psicológicas, sociales, económicas y políticas. La devastación ecológica está a la vista. Aquí se cometió un genocidio ecológico. Fuimos tecnológicamente discriminados, a lo largo del prolongado régimen de concesiones, en cuanto a los parámetros de seguridad ambiental y respeto a la vida silvestre. La gente y la Nación, se siente con derecho a una indemnización por los destrozos causados a esta tierra, bosques, lagos, aire, fauna, ríos y población humana. Este es el aspecto más palpable y visible de un reclamo por un malestar generalizado.
Reparto desigual de la Renta

No menos justificada es la convicción de que el "negocio petrolero" es discriminatorio por definición, pues del precio que el consumidor final paga en la Unión Europea por los productos petroleros refinados, un país exportador como Venezuela, recibe solo el 16%. Los fiscos de los ricos Estados consumidores, se quedan con el 68% del precio final.

Sustituir nuestro petróleo

Este reparto desigual de la renta, en detrimento del dueño del recurso natural, víctima de las ya mencionadas secuelas de la explotación petrolera, obedece a una política de la "Agencia Internacional de Energía" (AIE). Efectivamente, desde su creación en 1974, la AIE, en aras de lograr la "seguridad energética", establece como objetivo, ir prescindiendo progresivamente del petróleo de la OPEP. Es obvio que Venezuela, como progenitora de la OPEP, es negativamente afectada, porque en parte, estos altos impuestos al consumo de nuestros petroleros han financiado el surgimiento de una decena o más de nuevos países exportadores que limitan las opciones en el mercado.

Simultáneamente, la AIE estableció como objetivo estratégico: la sustitución del petróleo y la "transición energética".

El mundo consume alrededor de 27 millardos de barriles al año. Para que los planificadores y estrategas en EE.UU. puedan sentirse cómodos, los descubrimientos de nuevas reservas probadas, deberían estar por encima de esta magnitud.

En la práctica, esta situación no se ha dado a lo largo de casi una década (desde 1992).
Menos control sobre el Golfo Pérsico. Venezuela vuelve a los titulares

Para Estados Unidos, este hecho no fue motivo de gran preocupación, en vista del control que toma en el Golfo en 1991, que es la región con las mayores reservas probadas del mundo.

Las condiciones para construir escenarios a largo plazo, sobre el hecho del control del Golfo, están mermando y haciéndose menos sólidas. El “Plan Energético” del Presidente Bush, evidencia una percepción preocupada por el futuro de Estados Unidos en materia petrolera.

A luz de esta realidad, el petróleo de Venezuela, sin que los líderes venezolanos se lo hayan propuesto, adquiere un mayor valor estratégico para el gran vecino del Norte.

Cultura popular

La gente, puede tener una creencia colectiva, basada en la percepción. Esta percepción y creencia colectiva, pudiera o no coincidir con los intereses de quienes orientan la sociedad y representan al Estado. Cuando esta creencia generalizada, adquirida mediante la percepción, es reforzada por el oficialismo, gobierno o Estado, todo un país puede correr un gran riesgo. Porque estaría elevando la creencia colectiva a la categoría de Doctrina Nacional, sin que la misma haya tenido el mérito y el blindaje que el análisis objetivo suele otorgar.

En el caso del petróleo de Venezuela, no sólo el vulgo, sino también la élite, entendida en este contexto como el colectivo de profesionales y técnicos, vinculados al quehacer petrolero en lo político, económico, legislativo, ejecutivo, operativo..., coinciden en que “Venezuela tiene mucho petróleo”.

La vida obliga a relativar y evaluar y así llega la necesidad de la comparación a la hora de catalogar y establecer categorías. Y allí pudieran surgir discrepancias entre la autoevaluación y la evaluación universal, que tiene sus rigurosos cánones y parámetros.

A lo largo de la historia petrolera de Venezuela, la referencia al petróleo, era clara y libre de ambigüedad: los crudos convencionales. Y no es porque se desconocía la existencia de la Faja, independientemente de su denominación: “Bituminosa” o “Petrolífera”, sino que, a pesar de su enormidad e importancia, en la Faja, se trata de petróleo no convencional.

En los noventa, como una de las manifestaciones de un Estado débil, a la defensiva, frente la arremetida neoliberal, surgieron afirmaciones novedosas, según las cuales, “las reservas petroleras venezolanas son prácticamente infinitas”. Como quiera que mundialmente, se publican las cifras de las reservas probadas de petróleo, debo admitir que fuera de unas láminas utilizadas en algunas presentaciones de PDVSA en 1994-1998, ninguna fuente seria y confiable, incluye en las reservas probadas de Venezuela a los crudos no convencionales de la Faja . Posiblemente, esto se debe a que analógicamente a la regla aritmética: no se pueden sumar peras con manzanas, lo mismo ocurre entre lo convencional y no convencional en el caso del petróleo. Otra posible interpretación, es que en la medida en que se vaya viabilizando la explotación de los crudos de la Faja, en proyectos específicos y determinados, ésta porción de las inmensas reservas contenidas allí, se sumaría a las reservas probadas venezolanas.

Aquí cabrían casos como el de Sincor, que para obtener un crudo de 32◦ API, mezcla en boca de pozo crudos tipo Zuata con el liviano tipo Mesa de 30◦API, objetivo que ha implicado desembolsos desde 1993 por 4.500 millones de dólares; la perforación de 240 pozos en vez de los 170 pozos originalmente previstos ( más de 40% de margen de error), para obtener 40 mil b/d.

Otro ejemplo sería el de Petrozuata, que contiene reservas probadas de 22 mil millones barriles de la Faja, donde entre 1999-2000 se perforaron 148 pozos para poder producir 120 mil b/d de crudo de 9◦ API, que luego de un proceso de mejoramiento, daría un crudo equivalente de 22◦API. Este proyecto tiene un costo de 3 mil millones de dólares.

En forma similar, el uso de la tecnología “HDH plus” que implicaría una inversión de 2,7000 millones de dólares, más “otros desembolsos que no se puede aún cuantificar”, haría factible la conceptualización de un nuevo desarrollo en la Faja.

El Rol del Estado

De lo anterior se desprende que el Estado venezolano, no puede suscribir la afirmación “amateur” en cuanto a lo “infinito” de las reservas petroleras del país. En vista de la diferencia conceptual entre los convencional y lo no convencional, lo cual implica una sustancial inversión, que es indispensable para poder agregar una fracción de estos recursos a las reservas probadas del país propiamente dicho y debido al modesto aporte en términos de barriles producidos, las reservas probadas de petróleo venezolano son cuantificables y por ende sí son finitas.

Como todos los demás recursos nacionales, los petroleros también son valiosos y por lo tanto, deberían estar sujetas a las normas de planificación de Estado.
Al respecto, el Prof. Jorge Giordani expone:

“Ahora, en los noventa, el esfuerzo que se realiza a partir de PDVSA, hace que sea imprescindible analizar (si la planificación de CORDIPLAN y la planificación de PDVSA), cumplen funciones diferentes.

Por un lado, en el ámbito global, CORDIPLAN, dedicado a la elaboración de la política macroeconómica.

Por el otro lado, PDVSA, orientando un sector esencial y determinante”.
Por otra parte resalta:

“La preponderancia adquirida por el sector petrolero”.
Al respecto afirma:

“1) La ideología de los planificadores de PDVSA
Hablan desde una posición de poder
Se trata de una actividad no cuestionada;
Su validez es inherente a una racionalidad “tecnocrática”.

2) La ideología de los planificadores de CORDIPLAN
La sentimos crecientemente cuestionada o puesta en duda”
Giordani expone los “Tópicos que han comenzado a aparecer en la palestra pública.
Lo gigantesco del plan
Las bases de estimación de la demanda
Los escenarios considerados como futuros posibles
El endeudamiento patrimonial
La justificación misma del plan”

Finalmente, considera que “Surgen conjeturas fundadas sobre:
La coherencia del plan
Sus supuestos y consecuencias
Aparecen contradicciones con hechos de la realidad
Aparece el signo ideológico de los planificadores de PDVSA”. (***)

Posiblemente, toda esta travesura infantil, de afirmar que las reservas son infinitas, tiene sus orígenes en la voracidad característica de la mentalidad consumista, además del “insulto” que pronunció el entonces Ministro saudita de Petróleo, Yamani, en Ciudad México, cuando a mediados de los ochenta incluyó a México, pero excluyó a Venezuela de la muy reducida lista de países con grandes reservas de petróleo.

(***) Jorge A.Giordani C., “Estado, Planificación y Petróleo) Enfoque Petrolero, Mayo 1996, pp. 16-19.

La comparación siempre se hace con respecto a Arabia Saudita, país cuyas reservas probadas se ubican en 270 mil millones de barriles, para concluir erróneamente en que las reservas venezolanas son superiores a las sauditas.

En vista del inevitable ejercicio de la medición, comparación y relatividad, el Estado no puede dejarse confundir en asuntos tan vitales a la hora de hacer decisiones de carácter estratégico, porque si de comparaciones de ventajas comparativas se trata, habría que recordar que Arabia Saudita, para producir 8 millones de b/d, requiere 1.565 pozos, de los cuales sólo 110 pozos producen por bombeo. En el caso venezolano, para producir 2,5 millones de b/d, se precisan 15.584 pozos, de los cuales 14.339 pozos producen por bombeo.

El crudo representativo saudita es 10◦API más liviano que el venezolano.
Estas son realidades elementales, que todo aprendiz de esta materia, constata al inicio de cualquier ejercicio de opciones estratégicas. Los responsables de la economía petrolera del país se percataron de estos hechos desde mediados de los años cuarenta y dejaron suficientes evidencias de su plena comprensión de la verdadera situación (****)

No fue la filantropía la que motivó el diálogo que pioneros venezolanos comprendieron, como visión de Estado, era indispensable iniciar con el Medio Oriente, genéricamente hablando.

Si el resultado de la evaluación de la situación, hubiera conducido a que Venezuela tiene reservas infinitas y que podría obtener los ingresos requeridos, mediante el incremento de la producción cuando el precio baje, no hubiera sido necesario que ilustres venezolanos se trasladaran al Medio Oriente en 1949 para exponer las virtudes de las Leyes de Hidrocarburos, del Trabajo y el Acuerdo 50:50, todos escritos en fina caligrafía árabe y en grandes cantidades para distribuir.

(****) Ver al respecto, José Antonio Mayobre y Enrique Tejera París en Revista “Política” No...., Año...

Inclusive, si por alguna insensatez, las autoridades venezolanas le hubieran solicitado entonces a las concesionarias petroleras, producir profusamente aquí, como si las reservas del país fueran infinitas, las compañías no hubieran podido complacer esa supuesta petición, porque la producción se realiza:

a) en función de realidades de costo-beneficio;
b) según acuerdos contractuales;
c) respondiendo a una demanda que, en lo geográfico, dicta su propia lógica;
d) atendiendo compromisos estratégicos regionales, cuyo descuido genera efectos socio-políticos, a veces devastadores.

El hecho de que ahora es el Estado y no las concesionarias quien toma las decisiones, no implica que éste ignore realidades históricas, la racionalidad económica y mucho menos los límites objetivos de las ventajas comparativas.

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