Apertura petrolera parte II

Apertura petrolera parte II

8 de septiembre 2005.

TAL CUAL

Economía


Mazhar-Al Shereidah, profesor de postgrado de la UCV, señala que los planes estratégicos de Pdvsa para 2006-2012 repiten lo que se intentó hacer en los años noventa. ¿Bueno o malo? “Depende de lo que se quiera lograr”.


Lamenta que no haya debate sobre los proyectos en el sector.


“Ahora cualquier opinión crítica es vista como sinónimo de disidencia”.
Considera que el Gobierno no sabe cómo sembrar el petróleo

Mazhar Al-Shereidah extraña los tiempos cuando en Venezuela había un debate plural, amplio y profundo acerca de los diversos temas relacionados con el petróleo. “A diferencia de los otros miembros de la OPEP, era un país donde todos los sectores (estudiantes, académicos, sindicatos, gremios) participaban en la discusión petrolera.

Había foros, seminarios, etc.”.


Lamentablemente, dice el analista petrolero de origen iraquí y profesor de postgrado de la UCV, la polarización política reinante en los últimos años ha relegado estas prácticas a un segundo plano. “Ahora cualquier opinión crítica es vista como sinónimo de disidencia, especialmente cuando coincide con lo planteado por la oposición al chavismo y, por lo tanto, descalificada por el Gobierno”.


A pesar de esto, Al Shereidah no duda en señalar las contradicciones que existen entre la retórica gubernamental de los últimos años y los planes estratégicos presentados por Petróleos de Venezuela (Pdvsa) para el período 2006-2012.


Una de ellas es que mientras se critica la apertura petrolera, se presentan proyectos “que son una continuidad de lo hecho a mediados de los 90”.

Por otra parte, agrega, se habla de implantar un socialismo, pero se mantiene un esquema capitalista en la explotación del crudo. Prueba de ello es que se fomenta la creación de empresas mixtas. “Cuando la antigua Unión Soviética hacia tratos petroleros con otros estados, sus compañías iban a prestar un servicio –como era la intención de los convenios operativos no a desarrollar actividad propia”.


La alternativa de inversión que propone el Gobierno venezolano, en cambio, obliga a las empresas extranjeras interesadas a asociarse con Pdvsa para extraer crudo o gas. “Estas compañías pueden, por lo tanto, cuantificar las reservas –en el porcentaje que les corresponda como suyas”, dice Al Shereidah.


Ni siquiera el hecho de que se incorporen compañías públicas de países como China, Irán y Brasil –en vez de las grandes corporaciones estadounidenses y europeas cambia esta situación.


“Las empresas estatales, cuando invierten en otro país, actúan bajo las reglas del capitalismo y, por lo tanto, son tan trasnacionales como cualquier ente privado”.

PRECIOS VS VOLUMEN


El hecho de que los planes estratégicos presentados recientemente por Pdvsa vayan en la misma línea de los proyectos que se comenzaron a implementar durante la segunda presidencia de Rafael Caldera, cuando Luis Giusti era el presidente de la petrolera estatal, no debe ser –advierte Al-Shereidah motivo de controversia. “No quiere decir que sean buenos o malos, todo depende de los objetivos que se pretendan lograr”.


El analista petrolero recuerda que existen dos escuelas de pensamiento sobre la explotación de crudo: la defensa del precio y la ganancia por volumen. En Venezuela, recuerda, “se apostó inicialmente por un aumento constante de la producción. Fue Carlos Andrés Pérez, durante su primer gobierno, quien esgrimió por primera vez la defensa del precio como estandarte”.


El paradigma cambió, prosigue, en 1989.


“CAP, al volver a la presidencia, cambia hacia una estrategia de incremento del volumen y conquista de mercados. Pero no se pudo poner en práctica durante su período, sino en el segundo gobierno de Caldera”. La llegada de Hugo Chávez al poder implicó una vuelta al ideal de anteponer la defensa de los precios al volumen de producción.

Sin embargo, recuerda Al-Shereidah, funcionarios como Alí Rodríguez y Bernard Mommer –figuras importantes en la política petrolera del gobierno actual defendieron la estrategia del volumen. Por eso no le extraña “que los nuevos planes estratégicos sean una continuidad de lo hecho a mediados de los 90: certificación de reservas, aumento de la producción, desarrollo de la Faja, fortalecimiento de la industria del gas”.

¿SIEMBRA PETROLERA?

Más allá de cuál sea el paradigma adecuado (precio o volumen), para este analista lo importante es que los planes se lleven a cabo. En este sentido, considera que Pdvsa no tendrá ningún problema. “Son proyectos realizables en un país con los recursos financieros, la infraestructura física, la experiencia profesional y el capital humano que tiene Venezuela”.


Lo que sí califica como un problema es que los proyectos petroleros se presenten como aislados del entorno nacional. Según Al-Shereidah, pese a que el presidente Chávez bautizó el programa como Siembra Petrolera, “no existe, o no se conoce, un plan general (que corresponde al Ministerio de Planificación) para la economía. No se sabe cómo se va a sembrar el petróleo”.


Ante esta situación, reitera que es difícil opinar sobre lo adecuado de los planes estratégicos.

“No se pueden calificar si no se conoce cuál es el proyecto marco de país. El petróleo no es un ente aislado, sino que se inscribe dentro de toda la economía del país. El plan será bueno o malo en la medida en que contribuya a lograr los objetivos generales de la nación”.


Para este analista, el Gobierno está centrando toda la atención en el petróleo, que es una actividad económica intensiva en capital (así lo demuestran los 56.000 millones de dólares que se requieren para concretar los planes estratégicos) pero generadora de poco empleo. Por eso, su llamado es a la necesidad de aprovechar la oportunidad de sembrar el petróleo. “Aquí se puede hacer.


Kuwait o Qatar no pueden, tienen que morir con el crudo”.

Uno a uno

Consultado sobre algunos de los proyectos que están incluidos en el Plan Estratégico 2006-2012, Mazhar Al-Shereidah opinó:


Certificación de reservas. Es algo que hay que hacer, aunque no necesariamente colocará al país en una mejor posición dentro del contexto mundial. Si Estados Unidos y Canadá contabilizaran sus reservas de esquistos y arenas bituminosas –respectivamente como de crudo, podrían tener niveles similares a Venezuela.

Aumento de producción. Pdvsa tiene que aumentar su producción. Estamos en un escenario mundial de incremento constante de la demanda de energía y, por lo tanto, la producción tiene que elevarse en consonancia con ese panorama.

Construcción de refinerías. Es un proyecto muy positivo, porque una de las dificultades que existen actualmente en el mercado mundial es la capacidad de refinación. Además, eso genera trabajo en regiones deprimidas de la geografía nacional.

Proyectos de integración (Petroandina, Petrocaribe y Petrosur). No deben ser vistos como empresas por formarse.


Son más bien acuerdos que, además de fomentar la cooperación interregional, garantizan la presencia del crudo venezolano en los diferentes mercados. En este sentido, pueden calificarse como positivos.

This entry was posted on 14 de mayo de 2010. You can follow any responses to this entry through the RSS 2.0. You can leave a response.

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