Los países de la OPEP no se BENEFICIAN CON la crisis del Golfo Pérsico

ECONOMIA

Mazhar Al Shereidah

Los países de la OPEP no se BENEFICIAN CON la crisis del Golfo Pérsico

Cayetano Ramírez

Una crisis más profunda en el Golfo Pérsico a causa de la guerra entre Irán e Irak, que lleve a la interrupción temporal de los suministros petro­leros que salen por el estrecho de Ormuz, no será positiva para la OPEP, ni siquiera para los países exportadores situados fuera del lugar de conflicto.

El doctor Mazhar Al Shereidah, profesor de la UCV en el Instituto de Postgrado en Economía de los Hidrocarbu­ros, desarrolló esta tesis en un trabajo reciente, en el cual analiza el curso de los acontecimientos petroleros y políticos con influencia sobre el suministro de petróleo ocurrido en el área del Medio Oriente en los últimos años.

A pesar de que los países de la zona del Golfo Pérsico ya no producen 20 millones de barriles diarios, como antes, y que por Ormuz salen ahora solamente 8 millones de barri­les, este estrecho sigue siendo importante para el balance petrolero mundial. Desde la zona del Golfo se exporta pe­tróleo irakí por el oleoducto que tiene terminal en Turquía y por Aqaba, en Jordania, con salida hacia el Mar Rojo, se transportan productos irakíes. Arabia Saudita tiene el ole­oducto de Yambú hacia el Mar Rojo. La otra salida que resta para la exportación de petróleo es el Golfo Pérsico que tiene su salida en Ormuz.

"Involucrar el estrecho de Ormuz significa la amplia­ción de la guerra, su extensión a otros países del Golfo, im­plicar el tránsito internacional, afectar intereses estratégi­cos, económicos y comerciales fuera de la región del Golfo, alterar equilibrios propios de la precaria estabilidad del sis­tema internacional y de la paz mundial", dice Al Shereidah. Las condiciones que hasta ahora han exigido los dos pa­íses contendientes para finalizar la guerra no parecen ofre­cer pespectivas inmediatas de un arreglo y no han tenido éxito diversas tentativas de mediación, de modo que la gue­rra puede proseguir y en ese caso ¿qué rumbo tomaría y con qué implicaciones? Irak ha visto reducidas de forma extre­ma sus exportaciones, debido a que no puede hacerlas por el Golfo y por ésta y otras desventajas tiene que intentar au­mentarlas de alguna manera y disminuir las de Irán, que son muy superiores.

"Si una de las grandes potencias viera sus intereses amenazados, haría acto de presencia e impondría el orden. No obstante, la URSS no tiene intereses en el Golfo. Queda entonces los Estados Unidos, que evidentemente sí los tiene".

La primera opción, la de aumentar las exportaciones de Irak, no tiene soluciones alternas importantes inmediatas y permanece como la mejor salida directa al Golfo, lo cual ahora es imposible por la presencia militar de Irán en la zona del puerto de Fao.

La segunda opción, la de restringir la capacidad de ex­portación petrolera iraní, comporta ataques al puerto de Kharq, lo cual puede conducir a intentos por parte de Irán de bloquear el estrecho de Ormuz, con una serie de conse­cuencias negativas para el propio Irán, porque suspende también con ello sus exportaciones e importaciones que le son vitales y podría provocar la intervención de los Estados Unidos y su presencia permanente en la zona, instalándose en Ras Musadam, en Omán.

"Todo indica que con el cierre de Ormuz, Irán tendría mucho más que perder y nada que ganar, a menos que acep­temos como ganancia dañar temporalmente los intereses de sus vecinos árabes del Golfo, con todas las otras consecuen­cias negativas".

En el terreno militar y geopolítico, Al Shereidah apunta una serie de datos y consideraciones que concluyen seña­lando que si Estados Unidos encuentra el pretexto para es­tablecerse en el Golfo ¿cuál sería la respuesta de la URSS, cuyos límites distan sólo 600 millas del Golfo y cuyas fuer­zas de Afganistán están a 300 millas.

En lo petrolero, si se cierra Ormuz, dejarían de salir 7 millones y medio de barriles diarios del Golfo. Arabia Sau­dita e Irak exportarían por Yambu y Turquía 2.5 millones de barriles y nada más, de donde toma importancia la pre­gunta ¿Existe a nivel de la OPEP, con Ormuz cerrado, la ca­pacidad de producir 16.5 millones de barriles diarios? Si se restan los 2 y medio millones de barriles de Arabia Saudil e Irak ¿Podrían los otros miembros producir 1 para satisfacer la demanda de este momento? Al Shereidah señala que podrían producir 10 millones (Venezuela 2.4 mi­llones b/d) y los otros 4 millones de barriles restantes irían cubiertos por productores fuera de la OPEP dejando déficit entre 2.5 a 3 millones de barriles diarios.


Este déficit sería cubierto por los inventarios, pero dejaría en las manos de las compañías internación tajas de obtener sobre-ganancias y de crear un "cuarto shock" energético dado por una escasez del suministro, au mento del precio, descrédito de la OPEP y evidencia de la vulnerabilidad de Ormuz. Todo esto les daría el apoyo po-pulaty político para "la plena transición energética". "Esas compañías serían las responsables de ese proceso tecnoló gico acelerado que requiere de aprobaciones parlamenta rias y facilidades financieras".

Los inventarios flotantes de Arabia Saudita de unos 80 millones de barriles vendidos a precio normal tendrían la función de evitar los saltos bruscos y reforzar la perspectiva a largo plazo del petróleo.

Los otros países de la OPEP no ganarían mucho al au­mentar su producción, que se vendería en el mercado spot, el que más ha hecho daño a la OPEP, y solamente durante el tiempo de la emergencia, "terminada la cual el futuro de la OPEP sería más incierto que ahora, porque habría más dis­cordia, la vuelta a la disciplina sería muy difícil, la procura de soluciones individuales sería tentadora".

En sus conclusiones, Al Shereidah dice:

• La inestabilidad del mercado a causa de las amenazas en torno a Ormuz atenta contra el interés de la OPEP de crear confianza y consolidar la imagen de una organización capaz, responsable y seria.

• Mantener viva la sensación de la "crisis energética" sopla en los molinos enemigos de la OPEP.

• Los enemigos de la OPEP en los Estados Unidos están aprovechando las amenazas de cierre de Ormuz para darle un nuevo ímpetu a los planes dirigidos a utilizar cada vez menos petróleo de la OPEP, desarrollando sus propias fuen­tes de hidrocarburos y energías sustitutivas.

La OPEP necesita una nueva ofensiva de información para tranquilizar el mercado petrolero.

• Hace un año, cuando la OPEP bajó el precio, su obje­tivo fue (en parte) desanimar la extrema tendencia de inten­sificar la utilización de sustitutos del petróleo.

• El consumidor final aún no se ha beneficiado de esa buena voluntad y sacrificio que están haciendo los países de la OPEP, por lo tanto, es urgente buscar fórmulas que be­neficien al consumidor final para crear intereses comunes.

This entry was posted on 19 de mayo de 2010. You can follow any responses to this entry through the RSS 2.0. You can leave a response.

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