MAZHAR AL-SHEREIDAH
El mundo actual es el resultado de cambios profundos y esfuerzos que se desplegaron a lo largo de unos setenta años. Se combatió al comunismo y a la URSS, al Pacto de Varsovia, hasta que se logró su derrumbe, fragmentación y desaparición. A partir de allí, surgió la nueva realidad, en la cual, supuestamente, han desaparecido las fronteras para darle paso al libre movimiento de capitales, comercio, tecnología, trabajo..., pero también ¡Pactos!
EE.UU., como líder de la OTAN, desea expandirlo hacia las repúblicas del Báltico y hacia el Este de Europa, en dirección a Moscú. Esta se opone, aunque al parecer con poco éxito. Desde su débil posición defensiva, Yeltsin ha sido capaz de formular una propuesta para afianzar los nexos económicos y comerciales con Europa. Importante al respecto es el aspecto petrolero y en tiempos de Semana Santa es bueno comprender el asunto con una metodología de "Génesis".
La "europeidad" de Rusia siempre fue cuestionada por los europeos. Impresionante resulta al respecto que una muy reciente encuesta demostró que el 70% de los moscovitas no se consideran europeos. Y es un hecho histórico-cultural que los rusos no se consideren a sí mismos como occidentales. Quizás su condición geográfica eurasiática haya contribuido a ello y posiblemente aquella división religiosa que condujo al surgimiento de la iglesia de Oriente afianzó la particularidad rusa; tal vez la lenta evolución del modo de producción capitalista hacia la industrialización en Rusia con respecto a Inglaterra, Alemania, Francia..., agregó un signo distintivo más atrasado a esa porción geográficamente europea del Viejo Continente.
Por allí, en 1910, EE.UU. tenía el petróleo en su propio subsuelo. Los europeos, en cambio, lo precisaban, pero carecían de él; sólo lo contenía el subsuelo ruso.
En buena parte, las grandes potencias europeas fueron a la Primera Guerra Mundial por el petróleo que yacía en territorios entonces dominados por el Imperio Otomano.
Rusia, que participa en dicha guerra y sus entretelones de particiones y divisiones territoriales, sólo se retira de la misma en 1917 a raíz de su propia Revolución Bolchevique. El petróleo ruso venía siendo explotado, en tiempo de los Zares Romanov, por consorcios europeos.
El petróleo del Medio Oriente, o del Golfo fue el más grande botín estratégico de la guerra, pero las victoriosas potencias europeas tuvieron que compartirlo con EE.UU., que luchó apenas durante los últimos seis meses de esa Guerra.
A partir de 1920, surge un mapa de suministro petrolero alrededor y dentro de Europa, como continente netamente importador de petróleo, siendo los países de origen del suministro petrolero: EE.UU., México, Venezuela y el Medio Oriente. El mapa permaneció vigente hasta la post Segunda Guerra Mundial, cuando desaparecieron como países abastecedores de Europa aquellos exportadores, ubicados en el Hemisferio Occidental. Aparece entonces el Medio Oriente (y posteriormente el Africa) como fuente exclusiva de suministro petrolero a Europa con la excepción de Europa Oriental, cuyo aprovisionamiento petrolero quedó como responsabilidad rusa al formarse los pactos antagónicos OTAN y Varsovia, y quedarse la URSS con el liderazgo del segundo.
Hace unos veinte años, Moscú comenzó a recomendarle a sus aliados europeos procurarse su crecientes necesidades petroleras fuera de los mecanismos de intercambio comercial propios del CAME, o como sus adversarios lo llamaban: COMECON. De hecho, el Medio Oriente se convirtió en fuente de abastecimiento para los países del Este de Europa.
Pero luego, finalizando los años ochenta, el Muro se derrumbó y no obstante su peso, se develó la "Cortina de Hierro". El Adjetivo "libre" se universalizó: ya no caracterizaba a una porción del globo, sino que ahora, al menos en teoría, todo el mundo es libre. Y más que esto, es global, dicen.
En petróleo podemos constatar el nacimiento de una corriente o más bien un "flechazo" de capital y tecnología estadounidense y europea-occidental, que apoyada en esfuerzos intervencionistas políticos de sus países de origen y bendecida por condicionamientos del Banco Mundial y el FMI, se está apoderando lenta, aunque seguramente, de los hidrocarburos de la Federación Rusa y de la CEI. Mientras EE.UU. prosigue en lo petrolero con su "Iniciativa de las Américas" y los países del Lejano Oriente y del Pacífico avanzan en sus esquemas integracionistas regionales, Rusia, en cambio, no ha logrado romper el cerco y elaborar con Europa una estrategia regional para la seguridad del suministro de hidrocarburos.
Esta inamovilidad rusa está dejando al Cáucaso como un tablero de ajedrez, donde el jugador ruso pierde una y otra vez. En otro tablero el del Medio Oriente, EE.UU., tiene seis años celebrando: "Jaque Mate".
Las negociaciones de paz para el Medio Oriente tenían dos patrocinantes: Bush y Gorbachov. Clinton tiene a Dennis Ross como activo mediador en esa contienda estratégica, ¿cómo se llama el enviado ruso?